"Nacer de nuevo" o "reencarnar"
"Nacer de nuevo" o "reencarnar"
Enero 24 de 2013
Estos días me he puesto a pensar en mi vida y en la vida en general. He tratado de entender como funcionan las cosas para darme una idea, aunque vaga, de cómo es lo vivido y lo por vivir.
Mucho he criticado a las religiones o grupos que aseguran que la reencarnación no solo es posible, sino que es obligatoria; así como a otros que aseguran que tenemos que ser lo mejor que podamos en esta vida para poder trascender a la otra, un tanto superados y tratando de llegar a la perfección, día a día o vida a vida.
Ya hoy no estoy tan seguro de que sean tan criticables o que estén tan errados. Hoy pienso que sí hay más de una vida, y que es posible trascender. Aunque sigo discrepando en cuanto a que entre una vida y otra tengamos que morir, así como tampoco creo que la muerte vendrá por mí algún día; veamos por qué.
Nací por primera vez hace más de cuatro décadas. Mi primer nacimiento fue normal como cualquier terrícola o ser humano. No importa el nivel social, económico o religioso; lo importante era que venía a vivir dentro del marco promedio en donde la responsabilidad de mi educación y la protección que se me diera estaría en manos de mis padres, y lo hicieron bien; y por eso he vivido una buena vida que espero seguir viviendo igual.
Pasaron los años y sin que tuviera que morir, volví a nacer. Joven, adolescente, buscando un norte y un sentido en la vida, encontré a Jesús, me hice cristiano y nací de nuevo en la fe. Mi vida anterior, obviamente, continuaba abierta, solo que ya no era tanto la responsabilidad de mi mamá, ahora la responsabilidad en esta nueva etapa de mi vida pertenecía enteramente al Espíritu Santo, quien no me descuido y quien de alguna manera toda mi vida me había traído protegido entre sus manos y me preparaba para esta nueva etapa.
Los años siguieron pasando, yo continuaba creciendo en “ambas vidas” de mi vida, la redundancia es importante. Tratando de ser un mejor hombre e intentando ser un mejor cristiano. Procurando que mi mamá se sintiera orgullosa y trabajando por ser un buen discípulo del Espíritu Santo.
Todo sigue su marcha, la vida no se detiene y nuevamente mi transformación o proceso de trascendencia se encuentra listo para la siguiente etapa o para el siguiente nacimiento, “salir del closet”.
Descubrí qué era yo y qué era para mi. Descubrí nuevas líneas del Plan Perfecto de Dios en mi vida. Me encontré a mi mismo y asumí la nueva vida que por delante se presentaba ante mis ojos. La acepté y la viví desde entonces, tratando de incluir cada una de las nuevas etapas en las anteriores. El estilo propio de la reencarnación o trascendencia en las que quiero creer, una nueva vida unida a las anteriores. Continuando con mi deseo de ser un buen hijo y ciertamente siguiendo la línea de mis creencias religiosas y del Ser en el cual puse mi mirada.
Una nueva etapa, un nuevo escalón, una nueva era que une las anteriores sin dejar de presentar un nuevo horizonte y una nueva meta; así como una nueva forma de vida y de manera de vivirla.
Van tres las vidas, sigo siendo el mismo niño/joven/hombre que nació hace algunos pocos/muchos años; aunque con algunas variaciones ya anotadas, con algunos agregados.
Llega la cuarta de las vidas, aparece Luis Fer en el panorama, se agrega "a la foto" haciendo cambios muy importantes en "lo por vivir". Trayendo paz, aunque no faltaba, y dando una diferente sensación de estabilidad.
Todo se aterriza y de alguna forma todo lo antes vivido tiene un sentido y una razón. Todo fue preparándose para este momento; todo se une para dar como resultado que sigo viviendo la vida que siempre soñé.
¿Cuántas más vidas o etapas faltan o están por llegar?; ¿cuantos más "procesos evolutivos" vendrán, sin que tengan que desaparecer ninguna de las anteriores?, para complementarse los nuevos con los otros para ir llegando a "lo planeado"; no lo sé; pero prometo que, como desde el inicio de todo "este jugueteo metamorfósico", recibiré lo que venga con humildad y orgullo.
Soy Vinicio Jarquín hablando un poco más de mi vida, o al menos como la veo o quiero verla.
Enero 24 de 2013
Estos días me he puesto a pensar en mi vida y en la vida en general. He tratado de entender como funcionan las cosas para darme una idea, aunque vaga, de cómo es lo vivido y lo por vivir.
Mucho he criticado a las religiones o grupos que aseguran que la reencarnación no solo es posible, sino que es obligatoria; así como a otros que aseguran que tenemos que ser lo mejor que podamos en esta vida para poder trascender a la otra, un tanto superados y tratando de llegar a la perfección, día a día o vida a vida.
Ya hoy no estoy tan seguro de que sean tan criticables o que estén tan errados. Hoy pienso que sí hay más de una vida, y que es posible trascender. Aunque sigo discrepando en cuanto a que entre una vida y otra tengamos que morir, así como tampoco creo que la muerte vendrá por mí algún día; veamos por qué.
Nací por primera vez hace más de cuatro décadas. Mi primer nacimiento fue normal como cualquier terrícola o ser humano. No importa el nivel social, económico o religioso; lo importante era que venía a vivir dentro del marco promedio en donde la responsabilidad de mi educación y la protección que se me diera estaría en manos de mis padres, y lo hicieron bien; y por eso he vivido una buena vida que espero seguir viviendo igual.
Pasaron los años y sin que tuviera que morir, volví a nacer. Joven, adolescente, buscando un norte y un sentido en la vida, encontré a Jesús, me hice cristiano y nací de nuevo en la fe. Mi vida anterior, obviamente, continuaba abierta, solo que ya no era tanto la responsabilidad de mi mamá, ahora la responsabilidad en esta nueva etapa de mi vida pertenecía enteramente al Espíritu Santo, quien no me descuido y quien de alguna manera toda mi vida me había traído protegido entre sus manos y me preparaba para esta nueva etapa.
Los años siguieron pasando, yo continuaba creciendo en “ambas vidas” de mi vida, la redundancia es importante. Tratando de ser un mejor hombre e intentando ser un mejor cristiano. Procurando que mi mamá se sintiera orgullosa y trabajando por ser un buen discípulo del Espíritu Santo.
Todo sigue su marcha, la vida no se detiene y nuevamente mi transformación o proceso de trascendencia se encuentra listo para la siguiente etapa o para el siguiente nacimiento, “salir del closet”.
Descubrí qué era yo y qué era para mi. Descubrí nuevas líneas del Plan Perfecto de Dios en mi vida. Me encontré a mi mismo y asumí la nueva vida que por delante se presentaba ante mis ojos. La acepté y la viví desde entonces, tratando de incluir cada una de las nuevas etapas en las anteriores. El estilo propio de la reencarnación o trascendencia en las que quiero creer, una nueva vida unida a las anteriores. Continuando con mi deseo de ser un buen hijo y ciertamente siguiendo la línea de mis creencias religiosas y del Ser en el cual puse mi mirada.
Una nueva etapa, un nuevo escalón, una nueva era que une las anteriores sin dejar de presentar un nuevo horizonte y una nueva meta; así como una nueva forma de vida y de manera de vivirla.
Van tres las vidas, sigo siendo el mismo niño/joven/hombre que nació hace algunos pocos/muchos años; aunque con algunas variaciones ya anotadas, con algunos agregados.
Llega la cuarta de las vidas, aparece Luis Fer en el panorama, se agrega "a la foto" haciendo cambios muy importantes en "lo por vivir". Trayendo paz, aunque no faltaba, y dando una diferente sensación de estabilidad.
Todo se aterriza y de alguna forma todo lo antes vivido tiene un sentido y una razón. Todo fue preparándose para este momento; todo se une para dar como resultado que sigo viviendo la vida que siempre soñé.
¿Cuántas más vidas o etapas faltan o están por llegar?; ¿cuantos más "procesos evolutivos" vendrán, sin que tengan que desaparecer ninguna de las anteriores?, para complementarse los nuevos con los otros para ir llegando a "lo planeado"; no lo sé; pero prometo que, como desde el inicio de todo "este jugueteo metamorfósico", recibiré lo que venga con humildad y orgullo.
Soy Vinicio Jarquín hablando un poco más de mi vida, o al menos como la veo o quiero verla.
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