"La Historia"

La Historia
Vinicio Jarquín, febrero 24 de 2013

Qué diferente es la historia entre el momento en que se está escribiendo y el momento en que se está leyendo.

Interesante sería saber cual hubiera sido nuestra posición en aquellos años en que se debatía si las mujeres podían o no votar en las urnas; pero hoy por hoy es un tema impensable, y hasta nos horroriza.

O aquellos años en que los negros eran tratados como seres humanos de segunda categoría, o no como seres humanos. Aquellos días en que no podían usar los mismos baños, autobuses y escuelas, y hoy nos abrazamos todos sin distinción de colores. Me pregunto ¿cuál hubiera sido nuestra posición?.

Igual que en los tiempos de las conquistas y colonización de pueblos. ¿Pensaríamos como indígenas o como conquistadores?, supongo que eso dependería de la posición que hubiéramos tenido.

¿Que va a decir la historia?, ¿Cuándo será el momento en que hoy se convierta en historia?, ¿En que momento "veremos" horrorizados a los costarricenses al estudiar el tema de los derechos de los homosexuales en Costa Rica en los años entre el 1980 y el 2014?

Me intriga montones saber que dirá la historia cuando todo este tema pase de página, porque sí sé que pasará. ¿Quién será el gran líder que tendrá un monumento por su lucha en favor de los derechos de todos y todas las costarricenses?. ¿Qué dirá la historia del Gobierno Chinchilla Miranda y con qué despreció será recordado el nombre de Justo Orozco?, quien ya entrado el siglo XXI y apoyado en falsas y erradas interpretaciones bíblicas, persiguió a las minorías y peleó por quitarles sus derechos.

Que chiva sería transportarse al futuro para ver como vivirán de felices los gay de dentro de 100 años, en una gran mayoría hijos de heterosexuales, nietos de hombres y mujeres que consideraron, en su momento, que no merecían los derechos que los demás tenían.

Me encantaría leer la historia de hoy ya escrita mañana, en donde todos seremos iguales, negros y blancos; hombres y mujeres; heteros y homos; todos iguales, todos costarricenses, todos trabajando y viviendo juntos; y la mayoría compartiendo su sentimiento de desprecio por los "líderes" que hoy consideran que nada de esto será posible.

No sé cuales son los reglamentos para levantar un monumento; pero sería importante evaluar la posibilidad de levantar uno a aquellos opositores de los derechos universales, como recordatorio, al pueblo, de los errores cometidos, para nunca más dar poder a quien no lo merece y no puede manejarlo.

Un monumento que nos ayude a recordar que, por ejemplo, la Presidencia de la Comisión de Derechos Humanos, debe ser entregada a un defensor de dichos derechos, y si así no fuera, que el pueblo le cobre la maniobra a quienes participaron en la elección.

Implacable y justa es y será la historia, y ahí veremos los nombres de muchos de los que hoy trabajan en favor y en contra de los derechos humanos; pero eso será dentro de algunas décadas.




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