Las leyes en un mundo perfecto

Las leyes en un mundo perfecto
Vinicio Jarquín, febrero 21 de 2013

Qué difícil es estar de acuerdo con las leyes y con quienes se encargan de cuidarlas, protegerlas o hacerlas cumplir.

Muchas veces nosotros, el pueblo, somos jueces y jurados, aunque no tengamos preparación para ello; pero si porque nos afecta directa o indirectamente; o porque es la idea que nos hemos dado de cómo son o deberían ser las cosas, tengamos o no los elementos de juicio necesarios.

Analicemos un primer caso. El tráfico nos para, nos pide papeles del carro y no los andamos. Por supuesto que nos pone una multa: seguida de toda nuestra inconformidad porque le explicamos que los papeles están en la casa porque los estábamos fotocopiando; y recurrimos a nuestra cara de "honrados" para que nos crea; pero no, ¿por qué?, ah!, porque ese "cabrón" lo que quería era plata, o hacer sentir su cuota de poder. Pero, si nos roban el carro, y por casualidad lo detienen en la pista, y lo dejan ir, eso desata nuestra furia.

Cómo es posible que el mae no enseñara papeles y lo dejaran irse?. Tal vez tenga más cara de honrado que nosotros, tal vez no topó con el tombo que necesitaba enseñar su poder, no era tan cabrón como el que nos paró a nosotros; o bien, le pagaron "mordida".

Dejémonos de carajadas, las leyes y las reglas son para todos, siempre. Así como debieron haber detenido al ladrón, nosotros nos merecemos la multa también. Seamos consistentes entre lo que queremos y lo que exigimos. Andemos los cabrones papeles, la licencia y las correspondientes sillas de los niños. No pasemos de la velocidad permitida, no parqueemos en lugares prohibidos o reservados para personas con capacidades distintas, no rebasemos por la derecha, etc. Cuando infringimos las leyes dejamos de lado nuestro derecho a que otros o todos las cumplan.

Otro ejemplo, y es por el que empecé a escribir esta nota o artículo: "El ejercicio de los jueces".

Quiero sentir o creer que si no vivimos en un mundo perfecto, día a día hay quienes trabajan para llevarlo hasta ahí.

La policía detiene a un supuesto ladrón o criminal. Lo llevan ante el juez y este no encuentra elementos de peso para meterlo a la cárcel como medida preventiva, solo le advierte que mientras aparecen o traen las pruebas en su contra, debe venir a firmar cada semana y no puede salir del país.

La población "afectada" por los posibles "crímenes" de este sujeto, se vuelca en contra de las autoridades por lo resuelto.

Muy interesante!, estas molestas personas no tienen conocimiento de las pruebas, solo necesitan un culpable, como en aquellos tiempos en que más de uno fue juzgado por los suyos y apedreado en la plaza, saciando así la sed de venganza del pueblo.

Como yo veo las cosas, las autoridades están enfocadas en que todos los que están libres sean inocentes y no en que todos los culpables estén encerrados; y en cierta medida estoy de acuerdo. Yo prefiero saber que un culpable de determinada fechoría está en libertad, a enterarme que un inocente fue juzgado y condenado por crímenes no cometidos.

Y es que es muy fácil suponer primero y dar por sabido después, que "fulanito" fue quien cometió el crimen; pero nunca sabremos cuantas personas están detenidas sin haber sido culpables de lo que se les acusa.

En un fuerte intento porque esto no suceda, es que los encargados de detener y juzgar, se cuidan mucho de a quien detienen y si las pruebas son suficientes, sin importarte lo que vos estés pensando luego de ver las noticias en la tele.

Sé que no es un mundo perfecto; pero lo será menos si vos condenás sin los suficientes elementos de juicio o si decidís cumplir solo las leyes que te parecen lógicas, exigiendo que los demás cumplan todas.

Comentarios

Entradas populares