‎"Mi mejor apuesta"

‎"Mi mejor apuesta" - 10 años después
Vinicio Jarquín
5 de febrero de 2013

Eran los primeros días del segundo mes del año 2003. Mi vida estaba en orden, todo pintaba estar bien. No parecía hacer falta nada, aunque tampoco estaba cerrado a nuevas posibilidades.

Figuras importantes de mi vida, mi papá y mi abuelo, todavía estaban caminando erguidos por esta tierra, sin haber sido llamados a la Presencia de Dios.

Seres muy amados hoy en día, Jimena y Santiago, todavía no habían sido dados a luz por mi única y menor hermana.

Eran otros los tiempos que en aquel entonces vivía, aunque todavía no había llegado a la plenitud de mis días; futuro que pronto me alcanzaría, y que aunque al principio parecía prometedor, aún no se presentaba como uno de los momentos más importantes de mis primeras décadas.

Internet empezaba a "tomar vuelo". No era lo que hoy; pero ya para muchos sería testigo o cómplice de experiencias insuperables.

A finales de enero de ese mismo año, o a principios de este mes, me conecté a la Red utilizando el modem de Racsa, luego de pitillos que indicaban que se estaba conectando, hasta lograr estar en línea, a una velocidad que hoy podemos considerar "de mierda". 

Un "alguien" estaba conectado en la misma "sala" a la que entré. Hablamos un rato, salimos a comer, días después fuimos a una fiesta con mis amigos y finalmente una despedida porque se iba cuatro semanas para Asia.

Mi mejor apuesta estaba por suceder. Sigo con mi vida o le apuesto a esta nueva "oportunidad" que se presenta ante mi, prometiendo un futuro mejor. Todo siempre ha venido para bien, le apostaré... aposté.

Desde ese día y hasta hoy, 10 años después, puedo decir que aquel cinco de febrero tomé la mejor decisión de mi vida. Hoy cumplimos nuestra primera década de estar juntos.

Qué susto!, qué hubiera sido de mi?, si aquel día Racsa no hubiera dado el servicio. O si me hubiera quedado dormido en lugar de chatear, o si no hubiera "apostado" a mi futuro, o si alguno de los dos hubiera sido diferente o distinto a lo que el otro esperaba o necesitaba, o quería.

No lo sé. La verdad es que son preguntas que mejor ni hacerse porque las variables pueden ser infinitas.

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