DIARIO DE VIAJE 18/05/2013 Zürich

DIARIO DE VIAJE 18/05/2013
Zürich, Suiza (Europa Central)

Quiero detener un momento la cronología de los hechos del viaje. No tendré tiempo hoy para continuar con el relato de ayer, lo haré hasta la noche.

Todos estos días hemos desayunado en la habitación, con productos comprados; pero hoy probaremos el desayuno del hotel, que es famoso.

Después nos iremos a caminar al Casco Antiguo, que es parte de lo que me enamoró de Suecia en mayo del año pasado; así que tal vez Zürich no pase sin pena ni gloria.

El día está hermoso, no hay una sola nube en el cielo, y el sol ha salido maravillosamente. En la noche tomaremos un tren hacia la República Checa, pasando por Berlín; un recorrido de 15 horas hasta llegar a Praga.

¿Y como nos entretendremos tanto rato?, muy sencillo; iremos en un vagón de Primera Clase, con un "dormitorio" solo para nosotros. Una cabina moderna que incluye baño, en un ferrocarril que cuenta con restaurante y demás atracciones; así que dormiremos 8 de las 15 horas.

En la noche aprovecharé para contarles lo sucedido el día de ayer en el pueblo alpino y lo vivido hoy en el casco antiguo.

Mañana nos encontraremos con un grupo de personas/amigos que llegarán desde San Jose, incluyendo a nuestro gran amigo Ronald Rodríguez que es quien trae el grupo, y con la conocida Doris Goldgewicht, a quien ya conocemos y disfrutamos mucho. Ahí empezará nuestro recorrido por las Capitales Imperiales de Europa, durante trece días, pasando,por Alemania, Austia, Alemania, Yugoslavia y Hungría, para terminar con unas noches en Madrid.

Saludos mundo, soy Vinicio Jarquín desde Suiza

DIARIO DE VIAJE 18/05/2013 II
Zurich, Suiza (Europa Central)
(Lo vivido el 17/05 en el viaje a Engelberg, parte II)

Retomemos por donde ibamos, la visita a Engelberg.
Bajamos del bus como a las 2:00pm, el chofer nos indicó que nos recogería a las 4:30pm.

Entramos a algunas tiendas de cositas y salimos sin cositas; puta país más caro!. En una de esas pedimos recomendación para almorzar. Nos indicaron y señalaron un restaurancito cuasi-típico cruzando la calle.

Entramos. Era un lugarcito tan acogedor, atendido por una pareja que eran los propietarios, al menos por una semana más, porque según comentaron lo vendieron y pronto lo entregarán.

El lugar era decorado como la sala y comedor de una casa local, con detalles que le daban una sensación de familiaridad.

Yo pedí "Fish and Crips"; pero sin Crips y con ensalada. Luisfer pidió un plato típico que es como un "bowl" de pan, relleno de hongos, en salsa blanca. La comida estaba maravillosa, como para recordarla. Mi ensalada traía varios tipos de lechuga al centro con alfalfa, y rodeando el plato, un poquito de dos tipos de pepinos preparados diferentes, zanahoria en rallada muy bien arreglada, maíz dulce, remolacha y papa. Almorzar ahí fue una muy grata experiencia. 

Seguimos recorriendo el pueblo, que como creo haberles dicho, es el equivalente nuestro a Santa María de Dota o a Tierra Blanca en Cartago. Es un pueblo que alcanza el pico de turismo en el invierno, cuando la gente viene a esquiar.

Este pueblo se encuentra en los Alpes, aunque algunos de ellos son mucho más altos. No nos habíamos dando cuenta que tanto más, hasta que se despejaron por un momento y pudimos ver su magnificencia, y la mano de Dios en este paisaje tan imponente.

Fue un privilegio de la vida tener la oportunidad de estar en este pueblo maravilloso de los Alpes, dentro y rodeado por ellos mismos, con picos y paredes nevadas, y sintiendo el frío del viento que pasa entre ellos.

Podíamos escoger entre pasar algunas horas aquí o en Lucerna; pero preferimos Engelberg porque es posible que en un futuro viaje a Suiza, recorramos el primero; pero tal vez no el segundo. Además no queríamos irnos de este país sin conocer el campo y lo que siempre habíamos imaginado.

Fuimos a caminar varias veces por cada calle, estuvimos en los parques, fuimos a escuchar las notas del órgano de la iglesia, y hasta le tomé fotos a una monja con dos bastones, cuesta arriba, luego se las muestro.

El chofer llegó a lo hora prometida y nos vinimos rumbo a Zürich, recogiendo a todos los turistas que habíamos dejado en diferentes puntos del camino. Pasamos a Lucerna y luego llegamos "a casa" usando la autopista.

Siempre he confundido (Suecia con Suiza), (Estonia y Letonia) y (Eslovaquia y Eslovenia). El año pasado salí de las segundas conociéndolas a ambas, aunque Lituania quedara por fuera. En este viaje, conociendo Suiza ya conozco ambas. Ahora falta que la semana entrante esté en Eslovaquia para haber estado en las dos terceras. Voy a decirle a Luisfer que confundo Australia con Singapur, ja ja, o Brasil con los Emiratos Árabes, a ver qué pasa.

Notas de cultura general:

El Servicio Militar lo tienen que hacer todos los varones, y es opcional para las mujeres. Se hace a los 20 años durante 11 semanas; y debe repetirlo cada año hasta los 30 años.

Las letras que identifican a Suecia son CH, y se ven incluso en las placas de los carros. Para poner el costo de un productos anotan "CHF" que significa Francos Suizos. Estas letras significan "Confederación Helvética" que data del tiempo de Upa, cuando se formó "la unión" y dio como resultado Suiza.

Tres de las cuatro lenguas que se hablan en Suiza vienen del Latín; el más hablado es el Suizo-Alemán. En la escuela enseñan alemán, y a los once años les enseñan francés. El 65% de los suizos hablan suizo-alemán; el 20% francés, como en Ginebra; el 7% habla italiano, cerca de la frontera con Italia; y el 1% habla idiomas latinos o romanos, como es en el sureste del país, parecido al español y se puede entender un poco con los que hablan castellano o portugués. En Suiza se hablan 200 dialectos. Impresionante que sigan unidos como un solo país, con tantas diferencias en las regiones, empezando por las lenguas.

Actualmente los jóvenes se inclinan por hablar mejor inglés que alemán, y hoy en día cuando están hablando en alemán recurren a palabras del inglés para completar las frases.

Saludos mundo,
Soy Vinicio Jarquín, y ya saben donde estoy

DIARIO DE VIAJE 18/05/2013
Zürich, Suiza.
La ciudad y el Casco Antiguo

Esta mañana desayunamos en el hotel. Buena y variada comida. Luego terminamos de empacar y bajamos a entregar la habitación. Dejamos nuestras maletas guardadas en la bodega del hotel, para irnos a la ciudad. Teníamos que entregarla al medio día y nuestro tren a Praga sadría a las 7:42pm.

Fue una rara sensación dejar las maletas e irnos a la calle, era como ser unos "homeless sin hogar", je je.

Caminamos nuevamente por la ciudad y fuimos al casco antiguo de Zürich. Ciertamente nos ha dado otra impresión, como lo esperábamos, y nos vamos con un buen sabor de este país. En mucho se parece a Estocolmo en Suecia; pero esa ciudad es medieval y las construcciones dan otra impresión.

Aunque me parece que ya les comenté, quiero enfatizarlo. Es impresionante el respeto al peatón. En las zonas marcadas para cruzar la calle, no tenés ni que fijarte, solo cruzás, es tu derecho. Esto es incluso más notorio que en Estados Unidos. Te parás a tomar una foto desde la acera; pero estás justo frente a la zona de paso peatonal, y cuando te das cuenta tenés detenidos los carros en ambos sentidos. No se la juegN a pasar porque estás en tu derecho de hacerlo sin fijarte incluso, y les da miedo que lo hagás.

El día de hoy ha estado súper soleado. Los rayos del sol pegan en los edificios dando una excelente decoración. Por ser sábado la gente ha salido a las calles; están llenos los cafetines callejeros y los bares de terraza, es realmente agradable ver tanta gente, en su grandísima mayoría locales, utilizando y disfrutando de lo que la ciudad ofrece.

Era muy gracioso ver como la gente se "lanzó" a las calles. Se sentaban al sol en los parques y en los pollos que hay por toda la ciudad. Los restaurantes "callejeros"(*) estaban vacíos en su interior, las mesas al sol estaban todas ocupadas y los toldos recogidos. En las cafeterías que tenían sombrillas, todas estaba cerradas y las mesas llenas. La gente acostada en el zacate de algunas zonas verdes de la ciudad. Fue como si abrieran la puerta de una jaula de garrobos y todos salieron al sol. Nosotros, por el contrario, buscábamos las sombras.

=== (*) Cuando digo "restaurantes callejeros" no me refiero  a una venta de tacos, pollo, perros o hamburguesas. Son restaurantes formales que ponen mesas en medio de la calle, algunas veces dejando disponible solo un carril, como también se hace en Paris y otras grandes ciudades. Restaurantes que venden un plato promedio del menú, hasta en CN49mil colones. Paramos a almorzar en uno de ellos; pero salimos corriendo a Bk, en donde por un poquito menos de la mitad comeríamos los dos.

Al principio del día usé suéter. No estaba frío el ambiente; pero sí los vientos que se "frotaban" con los Alpes. Luego me lo quité, y hasta el momento (9:37pm) estoy cómodo en camisa de manga corta.

Estando en el "Old Town" de Zürich, el día de hoy, sentí un poco de melancolía al saber que la dejaríamos atrás; pero a diferencia de otros lugares, sí siento que podríamos, eventualmente, volver a aquí.

También es interesantísimo ver las modas que utilizan; pantalones cortos de colores fuertes, con camisas de tela liza, también en colores intensos, y zapatillas coloridas. Por ejemplo, para darme a entender mejor: camisa rosada, lisa: pantalones azul eléctrico, tenis o zapatillas de tela en color verde o amarillo; una chaqueta o saco del color de los zapatos. Y así, cientos de combinaciones en donde todas las telas son lizas; al mejor estilo Benetton.

Por supuesto que al ver toda esta moda te antojás un poco, y entramos a ver zapatos. A Luisfer le gustaron unos; pero quería que le sirvieran con lluvia y que sus dedos no se mojen. Luisfer preguntó: -¿estos son impermeables?; ella dijo: -bueno!, son "water friendly"; gran vendedora!; pero no los compramos.

El año antepasado en Italia, nos pasó lo mismo con la moda local; pero ahí si compramos varias prendas de vestir, por supuesto que a otros precios. Pasamos la segunda parte del viaje vestidos con moda local.

Al final de la tarde nos sentamos a tomar un café y después volvimos al hotel por nuestras maletas. Descansamos un rato y salimos jalando nuestro equipaje hasta la estación de trenes que quedaba a unas tres cuadras del Crown Plaza. Lo tomamos muy pronto porque pasa casi cada dos minutos. Llegamos frente a la estación central y ahí esperamos que llegara el tren que nos llevaría a Praga.

Anunciaron en pizarra la llegada como a la 7:20, abordamos unos diez minutos después y salimos unos 20 minutos luego.

El andén o plataforma era grandísimo, caminamos el equivalente a unas tres cuadras hasta que llegamos a una puerta que decía "267", justo el mismo número que estaba impreso en el billete que tenía más información que no entendíamos.

Al estar frente a la puerta, vimos bajar apresuradamente a un hombre joven que corrió para ayudarnos con nuestras maletas, y luego guiarnos a nuestro "camarote". Es una pequeña habitación, de tres camas, una encima de la otra. Camas no tan pequeñas y parecen confortables. Dos estaban abiertas y la de más arriba cerrada, supongo que sería porque nuestra reservación era para dos personas.

"Cosito" nos preguntó si queríamos sentarnos durante la tarde, le dijimos que sí, entonces cerró la de más abajo y salió un sillón con tres butacas.

Trataré de describirla. Abrís la puerta, que por cierto se puede cerrar con llave por dentro y por fuera, al lado derecho están las tres camas, o bien las dos camas y sofá, o las dos camas. Al fondo una ventana, que si querés podés cerrar el paso de la luz con una cortina que se baja o sube. Al lado izquierdo hay como un mueble de Euromobilia, con dos puertas para ocultar el lavatorio, con jabón y seis toallas blancas.

Arriba de las camas hay un tipo de mezannine, alrededor de todo el camarote, que se usa para guardar maletas, con una escalera que se desliza por tres de los cuatro lados. 

Además se puede guardar equipaje debajo de la cama/sofa inferior. Y tiene una puerta que se puede unir con el otro camarote en caso de venir más personas juntas.

Hay un control central para volumen y para la temperatura de la habitación, así como un íntercomunicador para llamar a "cosito", que ya para este momento entendimos que es el azafato del vagón de Primera Clase. Pensé en ponerle de nombre "Ramiro", como llamé a nuestro mayordomo en el crucero por el Mar Báltico; pero mejor, para no hacer enredos le diremos "Cosito" a secas. 

Cada cama tiene un botón digital para prender una luz de leer, otro para prender la luz de la habitación, otro para la luz de noche, y otro de "stop" que les juro que no quiero probar para qué es.

La "luz de noche" es un led color azul, colocado en una esquina, supongo que es para no dormir en total oscuridad; pero sin que moleste.

Al final del vagón hay un baño con lavatorio, sanitario y ducha. Supongo que la ducha no la usaremos porque llegamos a Praga a las 10:30, iremos al hotel, y ahí nos bañaremos. Logramos conseguir que nos dieran la habitación a esa hora, y no a las acostumbradas 2:00pm.

Cosito vino a preguntarnos a que hora queríamos que nos despertara y si preferíamos té o café; que ternura!, ja ja, ya veremos qué incluye el desayuno.

Cerramos el "chante" y fuimos a comer al "vagón-restaurante", que queda un poco para allá del de las bicicletas y del de clase regular. La comida estaba rica, buena atención en un lugar muy bonito y de apariencia formal. Comimos un plato típico suizo y Chili con Carne. Disfrutamos un rato la vista de los pueblos que pasabamos, y regresamos al "camarote".

Cuando salimos de Zürick por nuestra ventana el paisaje se veía para atrás; Luisfer pensó en pedir que nos cambiaran para ver para adelante; pronto paramos en Basel (Basilea), y al salir se ahí el tren "caminaba" para adelante, según se veía desde nuestra ventana; y así ha continuado; por dicha no pedimos el cambio.

9:30 pm, viendo por la ventana acabamos de pasar un río parece ser el que divide Suecia de Alemania. O sea que oficialmente hemos dejado atrás lo que fue nuestro primer destino en este primer viaje al centro de Europa, y estamos utilizando el territorio alemán para llegar a la República Checa, que será nuestro primer destino en este recorrido llamado "Capitales Imperiales de Europa", el Imperio Austrohúngaro.

En unos días volveremos a Alemania; pero ya no será de paso, dormiremos unas tres noches; pero eso se los contaré más adelante.

Estuvimos en Zürich, una de las grandes ciudades de Suiza, y fuimos a Engelberg, en las afueras, en el campo, cerca de las montañas, dentro de los Alpes. Un lugar maravilloso en que podías recordar la historia de Heidi y de los campos en los que jugaba con Niebla y con Pedro, algunas veces en compañía del abuelo. Pues bien!, como un recorrido en la historia, les cuento que esta noche, más o menos a las 3:00am, estaremos pasando y parando en Frankfurt, que es la ciudad en donde vivía Clarita, con aquella limitación física que la mantenía en una silla de ruedas, y a donde fue enviada Heidi, pese al lamento de sus amigos y/o familiares que ya comenté.

Buenas noches mundo, soy Vinicio Jarquín escribiendo desde el vagón No.267 del CNL de Suecia, en algún lugar entre Suiza, Alemania y la República Checa, con Praga como destino final


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