"Un país de ladrones"

"Un país de ladrones"
Vinicio Jarquín, diciembre 10 de 2013

Trataré de mantener la calma y la educación mientras escriba este artículo; pero es difícil no sentir cólera ante lo que sucede en nuestro país, en nuestras calles, en nuestro gobierno, y en la forma de ser de muchos costarricenses.

Sí, en la vida de muchos que se llenan la boca diciendo que los ticos son chanchulleros o choriceros, y lo que están haciendo es evidenciar lo que verdaderamente hay en su corazón, y que muchas veces lo exteriorizan a la más mínima oportunidad.

La campaña política debería ser una fiesta nacional, como lo fue hace algunas décadas, cuando hombres con principios querían tomar el poder del país para sacarlo adelante; y no los hombres y mujeres del nuevo siglo, que nos hacen sentir que la decisión se trata de darle el voto a aquel que llegará a robar menos.

Y es que, desgraciadamente, durante o después de lo que hemos visto en los últimos años, no podemos pensar de otra manera. Ciertamente no tengo pruebas de que se haya robado en esta administración; pero son tantos los casos de dudas, y es tanto el dinero perdido, que no puedo, en serio aunque quiera, pensar distinto.

Lamentablemente eso es solo el reflejo de lo que hay para abajo, y creo que se necesitaría un buen programa en las escuelas para poder borrar ese "chorisismo" de la mentalidad tica; y una vez que ese programa escolar dé frutos, esperar una dos generaciones para que sean esos niños, y los hijos de ellos, los que lleguen a gobernar este país, si es que los partidos que hoy se pelean la presidencia de la república, dejan algo que gobernar.

¿Dos generaciones?, tal vez sí; pero de ser así, y a mi edad, tengo que perder las esperanzas de ver una Costa Rica limpia y honrada.

La podredumbre nuestra no está solo en aquellos que ejercen en el poder nacional, si es que la hay, y pongo esta duda por aquello de las demandas; también está en aquellos elegidos popularmente para legislar, y se dan el lujo de tomar semanas de vacaciones, sin contar los intentos por subirse el salario, y las veces que se les ha demostrado que están usando bienes públicos para actividades privadas o personales.

En buena teoría ahí acaba el pecado; pero y que podemos decir de todos aquellos que se llenan la boca hablando pestes del gobierno, y durante la mañana gastaron horas tratando de pagar menos impuestos, porque según ellos de todos modos alguien se robará el dinero, entonces es cierto eso de "ladrón que roba a ladrón...".

O aquellos inmorales ladrones callejeros (de la calle) que corren a su casa a ver las noticias de las siete, y que durante la cena solo hablaran del robo "político" de este país, incluyendo a los más de treinta conductores que hoy robaron espacio en la fila de la calle de Lindora, y que pude contar y filmar.

No señores, tan ladrón es el político, como el que se siente feliz porque le cobran una Coca Cola menos; tan ladrón es el que evade impuestos, como el "chatarrozo" y mal criado chofer que mete la trompa para evitar que un carro avance y poder ROBARLE su espacio.

Estoy seguro que estos mismos choferes, cuando anden a pie, no se robarán el espacio en la fila del banco, porque ahí todos podemos verle la cara; pero sí lo hacen escondidos dentro de su carro, al mejor estilo de un ladrón con pasa-montañas.

¿Y que me dicen de aquella señora que en el supermercado, pasa por la fila de diez artículos, llevando once o más?. ¿Será que no sabe leer?, tal vez; pero tal vez no sepa contar. No, no es cierto; simplemente es una ladrona que quiere salir de ahí antes de los que por derecho deben primero que ella.

Muchas son las formas de robar, e ingeniosamente muchas más aparecen cada día; y podemos reconocer a ese tipo de basura tica parqueada en campos preferenciales, solo para no caminar tres o cuatro largos metros más.

Ladrones, este país esta lleno de ladrones. Y lo peor de todo es que muchos de ellos aparecen en Facebook "limpiando sus ropas" hablando mal del gobierno. Quisiera ver a alguno de ellos en un puesto de poder en el que la tentación los alcance, a ver si no hacen lo mismo.

Ladrones en nuestro gobierno, en nuestros restaurantes, en nuestras carreteras, en nuestros supermercados. Ladrones presentando su declaración de impuestos.

Si lo que hoy conocemos como "El país más feliz del mundo", llega a caer; no es por mala administración, es porque nosotros, todos, nos lo hemos robado.

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