Insight - Mi compinche

Insight - "Mi compinche"


Hace un buen número de años, tantos que podría con ellos armar algunas décadas; tuve la oportunidad de ir a un campamento espiritual para jóvenes, que finalmente fue una experiencia que todavía recuerdo.

Y la tengo presente, principalmente, porque desde el primer día escogí a un muchacho, que no conocía, para que fuera mi -compinche- durante todo el fin de semana, y luego de ahí nos hicimos amigos de años, nos separamos un tiempo, luego supe que se casó, reanudamos amistad, y hoy por hoy tengo rato de no verlo; pero no por eso mi cariño, afecto, respeto y amor, han bajado. Y lo recuerdo con un excelente -sabor- de corazón.

Hoy hemos terminado el seminario Insight I, del que posiblemente muy pronto hable. Explicaré un poco su valor y la sensación y conocimientos obtenidos; pero más allá de eso, y por supuesto para darle a las cosas la importancia que se merecen, quiero antes hablar de -mi compinche de Insight-.

Las cosas que no importan mucho no las grabás de manera particular; pero si lo hacés con aquellos detalles que te tocan, que te afectan, que te sensibilizan, o que intentan dejar huella en vos, tal vez para siempre.

En un momento determinado del seminario se nos pidió que escogiéramos a una persona para que fuera nuestro compinche o camarada durante el resto de días y horas que tardaríamos en esa -encerrona-.

Mientras daban la explicación y detalles me estresaba que alguien decidiera que la persona ideal, para dejarse acompañar, y tal vez para hacerlo su amigo para siempre, fuera aquel mismo que yo había escogido.

Cuando los detalles fueron dados, lo volví a ver, mientras ya él me veía, nos sonreímos, y hoy por hoy, ya finalizado el seminario, es mi querido compinche. Y cada vez que recuerdo el riesgo en que estuve si alguien lo escogía, pienso que tal vez la vida sigue teniendo todo ordenado a mi favor.

¿Y cómo es él?

Es un muchachote más alto que yo, y mucho más ancho. Indudablemente con cuerpo que llamaríamos "grandote".  Es un mae nueve años menor, heterosexual, que aunque eso no importe en lo absoluto, es importante anotarlo cuando soy yo quien escribe el relato. Un hombre educado; callado, pero notoriamente sensible, con una relación amorosa estable, inteligente, apasionado de sus cosas; sencillo, pero especial. Un tanto silencioso en lo que dice o hace; pero de mucho sonido cuando está reflejando lo que es. Parece tener un hombro firme para llorar, y hoy lo comprobé; parece tener la capacidad de abrazar cariñosamente, y hoy lo experimenté.

Es, sin lugar a dudas, lo mejor de lo palpable que Insight deja en mi.

Muchas fueron las veces, durante estos días, que se acercaba a mi para darme -como regalo- su amistad; y en cada una de esas oportunidades, también estuvo dispuesto a recibir la mía. 

Fueron momentos muy sensibles los que vivimos juntos, y yo espero que todo esto sea para fortalecer un vínculo que dure, tal vez, para siempre.  No sé en que dimensiones se encuentran nuestros mundos; o que caminos andamos o recorreremos; y por lo tanto no sé que tan frecuentemente nos veamos. Aunque espero que sea con regularidad, ciertamente lo sentido hoy, ayer y antier; es materia suficiente para que hoy escriba, pese al cansancio que tengo por el desgaste emocional de estos días, y por las lagrimas derramadas.

En un momento determinado se dio una situación muy emotiva en el seminario, al final, casi en la despedida. Yo estaba con ojos mojados; pero procurando no llorar. Tal vez ya no era el momento de dejar salir esas cosas de mi. Nos entregaron un obsequio que valoré un montón desde el primer momento, y que me hacía, cada vez más imposible contener las lágrimas; pero seguía lográndolo con gran habilidad.  

Hasta que llegó ese momento en que el facilitador dijo: "intercambien esto con su compinche".  Caminé hacia él lo más rápido que pude, o bien corrí lo más lento que me fue posible. Intercambiamos regalos y me abrazó; y al hacerlo derribó en mi casi todas las barreras. Puse mi cara en su pecho y empecé a llorar. Tal vez lo hice tímidamente; pero lo hice.

Una vez que creí haberlo superado, y para no incomodarlo, si es que lo estaba haciendo, intenté retirarme; pero me dijo mientras me apretaba hacia sí: "no te separés cabrón". Lo logró!, derribó la última de las barreras, me hizo llorar, moquear, querer.

Insight I fue una gran experiencia de la que algún día hablaré más extensamente; hay mucho tiempo para eso; pero quise hablar de mi compinche, hoy mismo; porque hoy él merece mis palabras y reconocimiento.

Seguro que nos veremos más, y tan frecuentemente como podamos; pero como es muy poco probable que me vuelva a abrazar igual o que tenga que llorar en su pecho, por lo pronto guardaré en mis recuerdos lo vivido hoy, para siempre.

Un beso, mi querido compinche; en estos días me hiciste sentir querido; y ahora te abrazo en mis relatos.

Vinny



Comentarios

Entradas populares