¡Qué importante!
¡Qué importante!
Vinicio
Jarquín C.
Qué importante es vivir de la
mejor manera, soñar y poder crear nuestros propios sueños, y así convertirnos
en la realidad que Dios permite en nuestras vidas.
Qué importante es no prestar
oídos sordos ante la guerra, la pobreza o ante el corazón humilde y sencillo de
aquellos que a nosotros se acercan.
Qué importante es tener y
brindar esa mano amiga que está dispuesta a sacar a la superficie a aquellas
personas que se quieren ahogar.
Qué importante es tener, en
su momento, esa palabra de aliento que logre levantar el ánimo de las personas
que se cruzan en nuestro camino en busca de un poco de ayuda y algo de amor.
Qué importante es heredar, a
nuestros hijos, el espíritu limpio que hemos tenido desde nuestros primeros
años, y así demostrarles que en un mundo perdido, existen valores que hay que
conservar.
Qué importante es tener la
disposición para sentir todas y cada una de las pinceladas que Dios da en el
lienzo de la acuarela de nuestra vida.
Qué importante es tener la
sensibilidad necesaria para percibir la brisa que crea el libro de la vida
mientras pasa, una a una, las páginas de nuestra historia.
Qué importante es no ser tan
duro, y de vez en cuando permitirnos sentir el sabor amargo de las lágrimas que
demuestran que hay algo más dentro de nosotros.
Qué importante es poder
convertirnos en un faro fuerte y estable que alumbre vigilante el puerto al que
llegan pequeñas e imperfectas embarcaciones.
Qué importante es llegar a
ser esa estrella brillante que alumbra la ruta de aquellos caminantes que,
osadamente, transitan de noche.
Qué importante es que nuestra
vida, más que un lindo empaque, sea un crayón que marque la ruta que recorrimos
y así poder dejar las huellas que hará que no seamos olvidados.
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