Facebook

Facebook
¿Cómo usarlo?
¿Qué sí y que no, hacer o decir?



Es tanto lo que se ha hablado acerca de las reglas de cortesía y la manera en cómo debemos manejar nuestro Facebook, que es muy probable que esté redundando un poco o mucho, en parte o en todo lo que diga; pero igual lo voy a decir, tal vez sólo como recordatorio.

Me parece que las pocas cosas que deberíamos criticar, es cuando felicitamos a alguien y no recibimos un agradecimiento, aunque sea general; cuando alguien hace un pregunta general y no agradece por las respuestas; o cuando invitamos a un evento y no nos responden, ni para decir que no podrán o que no quieren ir.

El resto de situaciones y/o publicaciones que se hagan en Facebook, pueden depender enteramente de cada persona y de como quiera manejar su vida y su muro.

Las reglas de cortesía generales que empezaron a ser escritas por las casas reales, ya han ido quedando un poco en desuso, así como las casas mismas que desde mediados del Siglo pasado iban perdiendo protagonismo.  Facebook llegó a finales del Siglo XX, y nada estaba escrito, y lo que se ha dicho fue redactado por los usuarios mismos, que creen saber como deben ser las cosas, o quieren dictar cátedra de la manera de hacerlo.

Esta mañana leí una crítica de alguien a quien no le gusta que sus amigos suban muchos -selfies- (autofotos), considerando que lo hacen sólo para subir su ego; dicho por alguien que su foto de perfil muestra sus, tengo que decirlo, grandes atributos físicos logrados en el gimnasio, para el disfrute de sus clientes.

Creo que hay muchas maneras de subir el ego, vistiendo bien, obteniendo logros académicos, escribiendo un ensayo, pintando un cuadro, siguiendo una dieta, etc.  Muchas son las maneras que cada uno tiene para cumplir con esta -tarea- importante en la vida de cada uno; y no soy yo quien tenga que decir cuál es correcta y cuál no.

Se cuentan en cientos las críticas por aquellos que anuncian minuto a minuto sus actividades diarias, viajes (como yo), carro o casa nueva, o títulos obtenidos. Finalmente cada uno maneja su Facebook como mejor le parezca, y el resto de nosotros nos reservamos el derecho de seguirlo o de no hacerlo; pero no de cuestionar sus publicaciones condicionando nuestra participación como lectores de su muro, como si nosotros fuéramos -la última Coca Cola en el desierto-.


Entonces, ¿Cómo manejo mi muro?, desde hace algún tiempo pensé que "de la abundancia del corazón habla mi muro", y por lo tanto trato de que lo que en él se pueda leer, sea reflejo de lo que yo soy, para bien o para mal, le guste a quien le guste. Y de ahí el adelante me aseguro de que quienes me leen sean aquellos a los que -les gusto-, punto.

Existen varios, muchos o muchísimos, que no les gustaría cualquier cosa que escribiera, y es por ellos por los que no me preocupo.

Publico de logros comerciales y artísticos; acribillo con fotos en los viajes, incluso con narrativas extensas de lo que estoy viviendo y disfrutando; cuento cuando estoy bien y cuando estoy enfermo; digo, muchas veces, dónde como y que comí; publico cientos de fotos de mi perrita; y muchos otros detalles, importantes o no, que sucedan en mi vida.

En fin, mi muro es alimento diario para muchas publicaciones, a disposición de aquellos que me quieren seguir y que les gusta este tipo de material. Los que prefieran otro tipo de lecturas o imágenes, pueden optar por seguir a otros de sus amigos, yo no puedo hacer que mi muro, ni yo mismo, esté en función de ellos.

Entonces, mi muro soy yo; con mis encantos y mis desaciertos; así como tu muro sos vos. Publicá, por favor, todo lo que te de la gana; si me gusta te sigo, sino no; pero si decido hacerlo que sea disfrutando de tu autenticidad y espontaneidad. Qué pereza sería sentir que en la vida real sos distinto a tu vida virtual.

Y, para aquellos que siguen insistiendo en qué se debe o no publicar; qué es ridículo, polo o patético: "Chitos!, vivan su vida y dejen vivir". 

Saludos, Vinicio Jarquín




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