Los amigos que llegan


Vinicio Jarquin C.
Diciembre 12 de 2015

En este momento se me ocurren dos maneras para andar por la vida, una de ellas es cuando no estás dispuesto para hacer nuevas amistades, y la otra cuando andás permeable y en disposición para conocer y ser conocido. 

En esta segunda manera, que no siempre es mejor que la otra, sino que es el momento de la vida en el que estamos, es como si nos bañáramos de goma o pegamento, y camináramos por un sendero ventoso en el que vuelan millones de papelitos recortados, y que por tu forma de caminar, por la ruta o por el viento, algunos se te pueden pegar. 

Unos rebotan, otros se pegan mucho rato y otros por mucho tiempo o de manera permanente. 

Algunos son de los colores que más nos han gustado siempre, y otros son de tonos que jamás pensamos que pudieran llegar a gustarnos. 

Igual pasa con los amigos, son muchos los que revolotean a nuestro alrededor, algunos por el viento y otros porque sutilmente cambiamos de ruta para que lleguen a estrellarse con nosotros y se adhieran a la piel. Muchos son del tipo que preferimos, pero otros son distintos a lo que hubiéramos planeado. 

Algunos no parecen ser del color que nos encanta, pero se pegan y nos gusta; otros son del color que deseamos pero rápidamente se caen, y no siempre porque el pegamento no es lo suficientemente fuerte, o porque el viento sopla sin clemencia, sino porque simplemente se arrojan al vacío quedando abandonados en el camino recorrido. 

No siempre quienes quisimos que fueran nuestros amigos para siempre, serán los que duren mucho tiempo, pero puede ser que aquellos a los que no "les apostábamos" se queden firmes, sostenidos por el pegamento o agarrados con valor por sus propios medios.

Lo importante es reconocer a quienes se quedarán en contra de las inclemencias del tiempo, y dejar de tratar de sostener asidos a nosotros, a aquellos que no han demostrado sus intenciones de permanencia.

Pero si caminamos con cuidado, a paso estable y con firmeza, estoy seguro que al final no estaremos solos, y muchos de ellos sobrevivirán a los problemas del camino, siempre y cuando andemos desnudos, sin escondernos en telas que cubren nuestros defectos y virtudes, porque es así como el pegamento será más efectivo.

Si querés ser uno de esos que chocan y se pegan, estoy dispuesto a cargar con vos hasta la meta, pero si no te agarrás con fuerza te podrías caer en el primer hueco y quedar pegado a una piedra, misma que dejaré sin mirar atrás.

Vamos, agarrate y yo te ayudaré. 

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