Un viaje de propulsión (PNL)

"Un Viaje de Propulsión"

Vinicio Jarquín C., 5 de febrero de 2017

Seguimos recibiendo el curso de PNL, Programación Neurolingüística, en el nivel dos, o Master. 

En la clase de ayer terminamos de ver el tema de "Metaprogramas", específicamente la sección que habla de -propulsión- para lograr que la persona con la que trabajamos pueda amplificar alguna experiencia que desea, lograr un éxito añorado o caminar, de alguna forma, a lo que considera un -futuro mejor-  

Se nos pidió que escogiéramos a un compañero para hacer la práctica, y yo escogí a alguien con quién antes no había trabajado, estando por supuesto con cierta timidez de que él pudiera llevarme con -gracia- y competencia a los niveles a los que se suponía que debía llevarme, y temiendo también que yo tuviera los conocimientos suficientes para hacerlo vivir una buena experiencia o para que lograra llegar al nivel esperado. Aunque temía de su capacidad por ser estudiante todavía, mucho más temía de las mías y de lograrlo. Estaba frente a un gran compromiso o una -batalla- de la que esperaba salir victorioso, y así lo hicimos ambos. 

Los estudiantes tomaron sus libros y apuntes y en parejas se distribuyeron en esquinas del salón, en las oficinas de la parte baja o hasta en las gradas del complejo en dónde se ubican las oficinas de Sara Mizrahi. Nosotros caminamos, todavía con mi timidez y "angustia" al primer piso y nos acomodamos en el suelo, en una agradable esquinita alfombrada, junto a cojines que nos invitaban a sentarnos. 

Le pedí que se acostara junto a donde yo estaba sentado, y aunque al principio parecía no querer, tal vez por timidez, por sentirse en una posición de desventaja o por pena a quienes pudieran verlo ahí, pero finalmente aceptó, acomodó las faldas de su camisa, cruzó sus manos sobre el abdomen y cerró los ojos; mientras yo estaba viendo al oeste, sus piernas apuntaban al sur, por lo tanto su cabeza quedaba muy cerca de mis piernas.

Al cerrar sus ojos empecé a llevarlo a relajación siguiendo la secuencia o meditación  que ya conocía, y que de todos modos tenía en mis apuntes, que sostenía en mis manos como agarrándome a herramientas que me permitieran hacer bien -el trabajo- 

Poco a poco, sin resistencia y mientras intentaba no titubear o no dar entender mi nerviosismo, sus manos se deslizaron hasta el suelo, acomodándose junto a sus costados, abandonando la seguridad que estas le daban sobre su cuerpo y asumiendo una posición en la que me daba a entender que estaba tranquilo y se sentía seguro. 

Continué con la relajación, ya mucho más confiado de lo que estaba haciendo por haber tenido una respuesta de su cuerpo, y de pronto su respiración bajó suavemente, y luego bajó más; ya estaba en un estado alterado, estaba relajado, había empezado el viaje. 

Verdaderamente aquí no terminaba mi responsabilidad, porque aunque sabía que había logrado llevarlo ahí en pocos minutos, todavía tenía que hacerle una experiencia maravillosa y al final traerlo al mundo real, recordando lo vivido.

No había ningún peligro porque hasta sonidos fuertes lo hubieran traído de regreso, el único riesgo es que mi relato o lo que le dijera no lo llevara a dónde el quisiera llegar, o que el camino que fuera a recorrer terminara no siendo maravilloso.

Con voz suave y tono amistoso y cariñoso, lo fui llevando por los lugares que le indicaba, dejándolo crear por su cuenta lo que llegara a ver, escuchar, oler o sentir. Le  pedí que tomara conciencia de aquellas sensaciones kinestésicas que fuera teniendo,
que visualizará de dónde venía o estaba y hasta dónde quería llegar, y lo que ganaría con lograrlo. 

Le di las instrucciones necesarias para que caminara en vida en busca de la meta que buscaba, misma que yo no conocía, y lo puse a pensar, si es que en ese estado se piensa, de lo que estaba dejando atrás y hacia dónde se dirigía, tratando de que el camino fuera un lugar que quisiera recorrer, que no quisiera "despertar" todavía, que estuviera disfrutando el momento y que al volver todos esos recuerdos estuvieran claros y con la idea fuerte de cumplir esa meta en su diario vivir. 

Una vez terminada esa parte del ejercicio lo fui guiando despacio, con un tono suave de voz y enfatizando en algunas palabras que lo hicieran sentir fuerza; lo traje de regreso como quién le da la mano para salir del "estado alterado" al mundo real, hasta que sentí como una fuerte bocanada de aire indicaba que había llegado. 

Al terminar se incorporó rápidamente, tal vez porque al terminar y al tener conciencia de dónde y cómo estaba, había vuelto la pena de estar en el suelo, o el sentirse nuevamente, en una posición de desventaja. 

Fue un viaje hermoso porque aunque no sé qué vio o vivió, si sé que logró llegar hasta el nivel que yo pretendía que lo hiciera, y además porque me hizo tomar conciencia de mi responsabilidad de llevar a alguien por donde quiero, cuidándolo y haciéndolo cariñosamente. 

Estoy seguro que esa meta que pudo ver antes de volver, estará presente en su vida y llegará a lograr lo que ha planeado. Y ahora me quedan las ganas de llevar a otras personas en un viaje "de fantasía" que tenga resultados favorables en su vida, aunque yo no sepa que buscan o que persiguen. Tal vez esta sea la forma en cómo podré ser la chispa que encienda la vida de algunos.

Después de eso cambiamos las posiciones y él se encargó de llevarme a mi; pero esa Chitos, es otra historia. 

Vinny. 



Comentarios

Entradas populares