Diario de viaje - Serenata en el Báltico
26
de junio 2012 – Mar Báltico. Entre Copenhague en Dinamarca y Riga en Letonia
No
pudimos ir a Visby en Suecia porque había problemas con el puerto y serios
problemas climáticos, por lo tanto desde Copenhague salimos para Riga en
Letonia (Latvia).
Pasaremos
todo la tarde en el barco (25/06) y mañana llegaremos a Letonia alrededor de
las 10:00 pm. No da tanta pereza porque de todos modos conoceremos Suecia
cuando vayamos a Estocolmo, y porque eso nos da la oportunidad de aprovechar un
poco de lo mucho que tiene y ofrece esta lanchita.
Regent
es la competencia directa de Silver Sea, que es otra naviera de cruceros. A
nosotros nos gusta mucho el servicio, las comodidades, la suite, el personal y
las ventajas, aunque hasta el momento consideramos que es mucho mejor en Silver
Sea, que usamos la vez anterior.
Aquí
los empleados sonríen cada vez que pasas a su lado y te ofrecen de tomar con
mucha regularidad. Con nosotros salen ganando porque casi siempre tomamos agua,
y en la cena solo un par de copas de vino cada uno.
Yo
soy como una señoritinga de San José de mediados del siglo pasado, me gusta el
servicio y las atenciones; pero me cansa la insistencia de saludar y ofrecer.
¿Qué hacer para que no te ofrezcan más café cuando ya han venido 5, 7 ó 9 veces
a preguntarte lo mismo?, nada, sonreír y decir: "no gracias, estoy
bien".
El
barco:
Hablemos
un poco del barco, qué tiene físicamente. Es una gran nave que me resulta
increíble e impensable, al menos a mí que solo soy un "muchacho"
rural criado en "Pavas", je je.
Seis
restaurantes, dos de ellos con reservación. Nosotros reservamos una noche en
cada uno desde San José; pero al primero que fuimos tardaron mucho tiempo en
servirnos, por dicha porque nos dieron otra reserva de compensación.
Tiene
una cafetería, un restaurante formal y uno informal; dos restaurantes de
terraza; dos teatros, lounge, piano bar, biblioteca, tiendas, salón de belleza
(je je, después les cuento), SPA de Canyon Ranch (famosísimo), gimnasio, sala
de fumado muy elegante, salón para Internet público, 11 pisos, lavandería
pública en cada piso, cerca de diez ascensores, piscina, dos jacuzzi, cancha de
tenis, campo de golf, pista para caminar, gran zona para el sol, ping pong,
galería de arte, dos salas de juegos de mesa (muy elegante), una mesa con
rompecabezas público, observatorio; y supongo que más "chantes" que
todavía no hemos descubierto. Ayer había bingo en uno de los teatros.
Sin
mencionar que el barco está lleno de millonarios y/o mujeres de esas que les
sobra el dinero y se lo meten en la cara con sus consentidores cirujanos
plásticos, y que al final de varias sesiones (operaciones) parecen bichos raros
reentrando a la atmósfera; pero enjoyados hasta los dientes. Joyas que combinan
perfectamente con mi pulsera color beige de fabricación china, de velcro, que
evita que nuestro oído medio pierda el norte y el horizonte.
El
barco tiene una gran decoración con piezas grandes y obras de arte. Tiene
cuadros en todas las paredes, incluyendo obras de Miro entre ellas; artista con
el que me identifico y me hace recordar las ganas que tengo de volver a pintar,
aunque no me urge, je je. No, en serio, recordemos que este año casi no he pintado,
primero por las vacaciones de diciembre y enero, después por todos los que
quería llevar a Panamá en abril y además porque en abril y mayo he tenido mucho
trabajo.
Nuestra
suite: entrando, a la izquierda hay un "walking closet" bastante
cómodo, nos cabe toda la ropa y maletas, queda espacio. A la derecha está el
baño, pisos y paredes de mármol. Una ducha, aparte una bañera, el cagadero y un
lavatorio tocador con excelentes productos de tres marcas distintas. Un
"chuzo" de baño.
Siguiendo
están las áreas más grandes, a la izquierda la sala con un sofá de cuatro
plazas y dos de una, y una mesa central; televisor, refrigerador, DVD, copas,
etc.; al fondo está un ventanal y la puerta para salir al balcón. A la derecha,
la cama, mesas de noche, un escritorio con iPod y parlantes, espejo y máquina
de café. Tiene suficientes gavetas y espacios para almacenaje; toda la suite
alfombrada y cojines en el sofá. No hombre!, maravillosa.
Hoy
hubo una exposición de arte con subasta, nosotros no quisimos participar porque
los cuadros empezaban en miles de dólares, y eso ciertamente y de alguna
manera, nos desmotivaba, anduvimos por ahí.
En
la tarde estuvieron cerrados los pasillos exteriores del barco y la terraza del
piso 12 por mucho viento. Ni "a putas" salgo, en estas carnes puedo
ir a dar al mero centro del Mar Báltico, que está frío como el carajo.
Ayer
en la tarde, nuestra primera tarde en el barco, hicimos un simulacro de
emergencia. Sonaron las alarmas internas y todos nos fuimos a uno de los
teatros para recibir instrucciones en caso de ser necesario. Yo nunca había
estado en un simulacro de ningún tipo; pero puse mucha atención por si algún
día, en casa, tenemos riesgo en alta mar, nunca se sabe.
Aunque
de alguna forma vale la pena. Qué se siente abordo. Imaginate poner una botella
de coca acostada en el suelo, encima ponés una tabla de madera y te subís. Una vez
arriba empieza a temblar fuertemente; eso es. Un movimiento bamboleante por las
olas que a veces tiembla extra producto de motores de esta "lancha".
Aunque en la cama es una delicia, te arrulla.
Esta
tarde/noche a las 8:40, entrando al golfo de Riga, veíamos un Arco Iris. Fue
impresionante en tamaño, intensidad y por la hora.
Veo
que disfrutaron el cuento con los paraguas; pues la historia no acaba ahí, al
día siguiente de lo sucedido llegando al hotel en Copenhague, abordamos el
barco en el puerto de esa misma ciudad.
Llegamos
junto al barco, mucho lujo y servicio, detalles que ya les comenté o les
contaré. El punto es que el clima estaba bien, llovió en el camino, montaditos
en nuestro taxi Mercedes, pero escampó al llegar al muelle.
En
fin, ya el tiempo había mejorado; pero no así mi capacidad absoluta de
despichar sombrillas. Cuando caminábamos para subir al barco pasamos junto a un
oficial de la naviera, y cuando estuve a la par se soltó un ventolero con
lluvia, y justo a medio metro de mi, el oficialito quedó con paraguas de moño,
ja ja, ¿seré yo el de la suerte?; ¿Será solo los paraguas que yo toco o los que
pasan cerca?. Luis Fer se quedó ayudando al mae a volver la sombrillita a su
estado normal, tal vez por pena sabiendo que de alguna forma era mi culpa, je
je.
Soy
el terror de los escandi-paraguas nórdicos.
Claro!,
con el gran servicio de esta naviera, al verme caminar por la lluvia, otro mae
corrió a llevarme un paraguas. Yo lo acepté agradecido, mientras pensaba:
"este mae no sabe a quién se lo dio, je je"; pero esta vez no pasó
nada, ja ja, ¿estaré curado?
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