"Viena, Austria"

Centro de Europa: "Viena"
Vinicio Jarquín C., 27/05/2013

Es difícil describir la belleza e imponencia de Viena, aunque yo podría. Lo haría si tuviera el tiempo disponible para sentarme frente a los monumentos y edificios que engalanan esta ciudad, entrecerrar los ojos y poder ver los colores que salen de cada uno. 

Y es que soy un soñador cuando cierro los ojos, y aprovecho el momento para disfrutar de como serian las cosas de otra manera; soy realista con los ojos abiertos y aprovecho para ver la verdad y cambiar la realidad. Uso estos instantes, generalmente en grupo, para mover las emociones de las personas, para golpearlas y sacudirlas. Pero entre uno y otro puedo dejar los ojos un poco abiertos y un poco cerrados y así conectar el artista escondido, que puede trabajar las artes plásticas tan solo con arrojar bombas de pigmento y agua, y así colorear el mundo. Pero también puedo entrar en las letras, y en un solo color abatir las emociones o dejar constancia escrita y descrita, de como son, serán, y fueron las cosas. 

En cualesquiera de estas dos últimas mi mente no descansa; pero en la primera puedo caer en el limbo mientras pienso, apagando y reseteando sistemas. 

Mis sentidos y sistemas se han conectado en este viaje al Centro de Europa. He escrito sobre cada nación, más de Praga que del resto; y aunque no he soñado con ninguna, quisiera pintar la ciudad Checa. 

Viena me esta bombardeando. No me deja cerrar ni entrecerrar los ojos, me mantiene en la realidad. 

Zurich en Suiza es un porrazo de realidad, fuerte e inamovible. Es una ciudad que se vive a ojos abiertos, en el hoy y el ahora. Praga te lleva, en el primer parpadeo, al pasado lejano; te transporta hacia el ayer, mostrando una historia casi incomparable, una muy vieja historia que se recorre en más de una decena de Siglos. 

Te hace, si sos un artista o si te has dejado convertir en uno, cerrar un poco tus ojos para minimizar la luz que recibís, y ponerte a plasmar en papel lo que vez, con lápiz o pincel. 

Praga te muestra sus grandes glorias pasadas, tierra de reyes y reinas medievales que lucharon por construir un imperio, siendo capital de ellos en dos oportunidades. 

Viena por su parte, te muestra como debe lucir una capital imperial, y lo que un imperio es hoy en día, definitivamente en el viejo continente, con una gloria de años que es más imponente que lo construido en el mall cerca de la costa este de los estados de la unión del nuevo mundo. 

Viena es una maravillosa e imponente realidad, que te hace ver lo que es grande, en el hoy, desde el ayer.

Por lo pronto y luego de abandonar Austria, confieso mi amor y admiración por esta capital imperial.

Hasta luego Viena, por lo pronto nos veremos en mis recuerdos, hasta el día en que podamos volver a verte.




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