"Juntos"

"Juntos"

Vinicio Jarquín
5 de febrero de 2015

Un poco de historia... la mejor parte de mi vida

Tres años después de que empezara el nuevo milenio; estaba por acabar el primer mes de ese año que seguramente esperaba que fuera maravilloso.

Mi "modem" intentaba conectarse a Racsa. Eran aquellos tiempos en que teníamos que tener paciencia y esperar la conexión, tal vez telefónica, entre pitos y pitazos. Finalmente estaba conectado a la Red Internacional conocida como Internet.

Una vez dentro de ese avance en comunicaciones, entré al chat público que solía visitar con alguna regularidad, y ahí estaba él. Tal vez esperándome, o esperando por la vida. Cuando me vio entrar me saludó, conversamos un poquito y me invitó a cenar. Acepté.

Pasó a buscarme y fuimos a conocernos el día 5 de febrero, hoy hace doce maravillosos, formidables e impensables años.

A la semana siguiente se fue de viaje para Asia, y un mes después regresó añorando que yo estuviera esperándolo; y yo estaba aquí, ilusionado porque ya no tendría que esperarlo más.

Ha sido una vida de bendición. Hemos creado una familia, ahora hasta con hija, y nos hemos conectado a la familia del otro. Me siento muy querido en compañía de sus hermanos y parejas,  así como con sus sobrinos y primos; y él es una pieza de gran importancia dentro de mi núcleo familiar, incluyendo a mi abuelita de cien años.

Muchas son las circunstancias en las que hemos estado juntos y siendo testigos. Juntos le dimos la partida a su padre y al mío; juntos vimos el nacimiento de Santiago y Jimena, mis chicos. Juntos decidimos la llegada de KiKa, y ella nos escogió al vernos juntos; y por eso juntos, solo los tres, celebraremos esta noche.

Juntos hemos caminado de la mano por los senderos de Costa Rica, y volado por más del 25% del planeta. Juntos hemos vivido amaneceres y atardeceres en más de media docena de mares en el mundo. Hemos compartido la mesa miles de veces y hemos tenido conversaciones vanas y otras de esas que hacen que el mundo se detenga.

Juntos hemos visto crecer nuestras empresas, y hemos pintado nuestras mejores obras en artes plásticas. Hemos ido juntos a varias bodas en las que parejas heterosexuales se declaran amor eterno. Juntos hemos celebrado con más de un centenar de amigos y familiares, la llegada de la -media teja- de cada uno.

Juntos hemos comprado tres anillos cada uno, uno en Santiago y dos en Santa Fe de Nuevo México, que usamos cada día como símbolo de nuestro compromiso por siempre. Juntos hemos tomado vinos, grapa, pisco y caipiriñas en los países productores; así como hemos comido, empanadas argentinas y empanadas chilenas en sus regiones de origen. 

Nos conocimos en mis treintas, estamos en mis cincuentas, por lo tanto juntos estuvimos todos mis cuarentas.

Juntos hemos tenido pérdida de oxígeno en montañas como los Alpes o los Andes, nadado entre tiburones, como en la Isla del Coco, y tragado arena y nos deslizamos en la dunas del Gran Desierto de Atacama.

Juntos nos hemos -emborrachado- a ritmo de canciones típicas costarricenses, en un pueblito italiano, y cocinado para -campesinos- en ese mismo país. Juntos cruzamos la otrora Cortina de Hierro, cruzamos la línea del Ecuador y chupado las paredes de la Catedral de Sal de Colombia. Juntos nos hemos tomado miles de fotos, y más recientemente, cientos de -selfies-. 

Nuestra relación es como la de aquellos que pasan mucho tiempo juntos. Cada uno sabe que esperar del otro, que quiere comer, que respondería a determinada pregunta o como actuaría en una situación en particular.  Como aquellos -viejitos- uno empieza los cuentos y el otro los termina, no nos podemos contar chistes nuevos, y muchas veces decimos: "si, ya me contaste".

Juntos hemos estado cerca del Polo Norte y del Polo Sur, visto glaciares, caminado por algunas de las montañas más altas de la tierra; hemos visto el piso desde un globo, y temblado en algunas de las zonas más frías. También hemos disfrutado de bailes típicos rusos en su país en el norte de Europa, Samba en Brasil y Tangos en Buenos Aires.

Nunca planeamos ir a Alemania, era el destino menos deseado, y con nuestro viaje de la primavera del 2015, si Dios lo permite, completaremos tres visitas a ese país, cuando vengamos de Barcelona por vez primera, pasando por Suiza por segunda vez, en un recorrido por el Rin en Francia, hasta llegar a Amsterdam en Holanda y Bruselas en Bélgica. Y si todo sale bien, volaremos juntos a Asia antes de regresar a Costa Rica.

Juntos hemos visto los palacios de al menos cinco familias reales; juntos hemos sido testigos de la magia de obras de Broadway, del Circo del Sol, y algunas otras en las Vegas, en Londres, en la República Checa, en Austria en Viena; y estuvimos en la inauguración de la temporada de la ópera lírica en la Arena de Verona. Juntos hemos volado sobre el Cañón del Colorado, y estado de pie frente al Obelisco, el Cementerio de Arlington y la Casa Blanca, la Estatua de la Libertad, las Cataratas de Niagara, el Canal de Panamá, el Cristo Redentor en Río de Janeiro en Brasil, y el Volcán Osorno en Chile; el Big Ben, el London Eye y la Casa del Parlamento en El Reino Unido; la Sirenita en Copenhague, los Monasterios de Antigua y las misiones en California; la Torre Eiffel, los canales de Venecia, Borbon Street, el Valle de los Monumentos en Utah; la Torre de Pisa, los saunas naturales de Finlandia; el mercado de pescado y el Space Needle en Seatle; las casas coloniales de Savannah Georgia y Charleston en Carolina del Sur; el museo del South West en Phonex, CN Tower en Toronto y Notredame en París. Así como nos vio pasar la Puerta de Alcalá y estuvimos en las ventas de arte callejeras en Mont Martre en Francia. 

Juntos disfrutamos de la experiencia que tuvo KiKa al conocer el mar en Esterillos en Costa Rica. Juntos hemos visto el Rin, el río Elba en Alemania, el Sena, el río Moldava, el Urubamba, el río Guayas, el Danubio, el Támesis y atravesamos el río de la Plata, con un ancho de 100 kilómetros para llegar a Uruguay;  así como otras muchas maravillas de la naturaleza y otras tantas creadas por el hombre. También atravesamos en tren en ferry desde Alemania hasta Dinamarca, cruzamos la bahía desde Vancouver hasta la isla Victoria y Canadá, y navegamos por la bahía de Guanabara en Brasil.

Juntos pasamos un mes en Italia, aprendiendo cocina y tomando galones de vino, empezando en Florencia y terminando en la maravillosa y desordenada ciudad de Roma, que fue la inspiración para que empezara a escribir mi libro.

Hemos comido delicioso en Nyhavn en Dinamarca, salchichas en Alemania y varias veces en Madrid. Nos tomamos fotos en los campos de Canola en Austria, y caminamos juntos por Bratislava, la capital Eslovaca; en Budapest y lo hicimos de la mano en Times Square.

Juntos hacemos migración en cualquier país al que vayamos, y le explicamos al oficial nuestra relación; aunque no creo que lo hagamos este año cuando lleguemos a los Emiratos Árabes Unidos. Juntos estuvimos frente y dentro de la casa de Su Santidad el Papa. Juntos hemos destrozado paraguas en Dinamarca y botado una sombrilla doblada por los fuertes vientos de Dresde en Alemania; así como vivimos el bombardeo climático bajo una fuerte lluvia de granizos en Siena y recibimos en Manhattan la primera tormenta invernal del 2014. 

Juntos estuvimos en Praga, la capital de la República Checa. Una ciudad que se empezó a construir en los años 900. Una ciudad mágica que enamoró, alcanzó la imaginación y despertó las musas de escritores, músicos, compositores, pintores y muchos más artistas que han deleitado al planeta con creaciones empezadas o terminadas en las tierras que han sido, dos veces, capital de imperio. Una ciudad en la que se oró con amor y se mató para salvaguardar la fe de algunos. Una ciudad con puentes milenarios que fueron construidos para el transporte de reyes y obispos, y que soportaron nuestros pasos juntos.

Juntos estuvimos en lo que fue la casa de Mozart en Salzburgo, la de Romeo y Julieta en Verona y la de Simón Bolívar en Bogotá. Juntos cruzamos en carro la frontera entre Estados Unidos y Canadá, y al regreso experimentamos una peligrosa tormenta de nieve; y cruzamos caminando por senderos la frontera entre Italia y Eslovenia. 

Juntos hemos estado en más de cinco capitales imperiales y hemos estado en contacto con un número similar de grupos indígenas en el continente americano. 

Juntos desembarcamos del Prince Albert II de Silver Sea, en el Océano Pacífico, y navegamos por los canales del Tapón de Darién hasta llegar a la casa de los Indígenas de Emberá, que tenían más de un año de no ver un hombre blanco. Juntos hicimos kayaks en la Isla Granito de Oro, solitaria en medio del Pacífico. 

Juntos llegamos a Gorgona y a la Isla de la Plata, en la pequeña Galápagos; y posamos en Costa Rica para ser inmortalizados en un acrílico; además alimentamos palomas en el Mar Báltico. 

Juntos hemos recibido el año nuevo en Costa Rica, New York, Washington California, Londres, New Jersey, Perú, y otras formidables ciudades del mundo. Juntos hemos recorrido Eslovaquia, San Petersburgo, Estonia, Letonia, y Estocolmo en Suecia, así como otros países que jamás pensamos en visitar

Juntos hemos vivido una vida maravillosa; y hemos estado de la mano, nuestra conexión es privilegiada. Juntos hemos orado y hemos sentido la presencia de Dios bendiciendo nuestra unión.

Luis Fer y Vinny, juntos por siempre.

Amén..

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