Modernidad

Modernidad
Vinicio Jarquín C.
21/feb/2015 

Me acuerdo de aquellos años en que llamabas a alguien y si te decían que había salido, no quedaba más que dejar el mensaje; y si era urgente llamabas otra vez en un rato, para ver si ya había regresado. 

Entre ese tiempo y el actual pasaron algunos años y aparecieron alternativas muy cómodas, para llegar al hoy Siglo XXI; como en las fábulas más soñadoras. 

Ahora, en el 2015, manejo todas mas empresas desde mi teléfono, llamadas, cotizaciones, formularios, contabilidad, compras internacionales, cobros, pagos, video conferencias, etc; y puedo asistir a reuniones con la precisión del posicionamiento global, anunciando mi llegada con +/- 1 minuto. 

La oficina a media luz parece una nave espacial o un avión comercial; luces de parlantes, monitores, CPU, impresoras, escáner, cargadores, y demás equipos periféricos. 

Los autos no necesitan llave, se abren y/o encienden antes de que llegués, te saludan al entrar y acomodan asientos, volantes, espejos, y demás, antes de arrancar. Es lo más parecido a un auto inteligente, aunque no le llaman así, sólo a la llave. 

Y ni hablar del microondas, que todavía no sé como lo hace; pero eso no importa porque mi abuelita ha sobrevivido 100 años, sin entender como funciona la licuadora o la plancha. 

Seguramente mis sobrinos se reirán de mi en algunos años, al saber cuales eran "las cosillas" que me maravillaban, de esos carros viejos que usaban llantas. 

Pero me vale un -iPepino-, yo estoy en el 2015 disfrutando los nuevos inventos, al menos aquellos a los que tengo acceso. 

Ahora me despido, KiKa quiere comida, y ni es un iBeagle, ni siquiera de cuerda o pedales.

Bye

PD. Cuenta mi mamá que los jugaban en la calle en el centro de San José, y se pasaban a la acera cuando venía un carro. 


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