Un príncipe de tierras lejanas en Egipto

"Un príncipe de tierras lejanas en Egipto"


Cuenta la leyenda que de tierras lejanas llegará un príncipe, vendrá por las nubes, desde un mundo que hablan lenguas extrañas y es de una tierra recién descubierta por error de ruta, al otro lado del planeta. Llegará en la primera cuarta parte del siglo XXI, en un año indeterminado, en el 10º mes, días antes de la luna llena.

Será reconocido cuando recorra nuestras calles, y será disfrutado incluso por los niños. Caminará por nuestras otroras tierras de faraones, compartirá con nuestra gente de hoy, comerá nuestra comida, sentirá nuestro amor, recibirá nuestras sonrisas, montará en nuestros animales, se deleitará con nuestros aromas y conocerá nuestra forma de vivir.

Caminará por los templos que fueron levantados para los dioses de los antiguos egipcios, conociendo la historia que nos ha llevado a donde hoy estamos, enterándose además de los aspectos más relevantes de nuestra religión, orando incluso en nuestras Mezquitas y practicando la purificación previa al ritual. 

Experimentará nuestro amor, nuestra paz, nuestra hermandad, y nuestra familiaridad; y en nuestra compañía conocerá el lugar en donde la princesa rescató a Moisés.

Visitará la gruta en donde la virgen María y José se albergaron con el niño Jesús huyendo de los peligros de Herodes. 

Se refrescará con los vientos del Sahara que acarician nuestras ciudades y recorrerá en paz y seguridad las orillas de nuestro río Nilo, que también navegará por días, siendo testigo del caudal que ha dado alimento a nuestro pueblo desde hace varios miles de años.

Será visto en camellos recorriendo las arenas, y los locales cabalgarán hasta él para compartir aunque solo sea momentos breves. 

Conocerá nuestra historia como pueblo y la historia de Mahoma, el hombre que seguimos y que honró a Jesucristo, y que nos dio las pautas para vivir en armonía entre nosotros y con los demás, buscando ser seres superiores y espirituales. 

Sabrá a ciencia cierta que somos un pueblo humilde y amoroso, y en nuestra casa se sentirá seguro y confiado. Parecerá ser inalcanzable cuando por nuestras calles camine escoltado por personal local, sin embargo estará abierto y dispuesto para todo aquel que se acerque a tener un contacto humano cercano, y con su sonrisa tocará el alma de aquellos que lo conozcan. 

Entrará al centro de la tierra para visitar las tumbas de los faraones que gobernaron nuestra nación hace cientos y miles de años, y caminará hacia arriba, dentro de las enigmáticas pirámides, para recibir a ojos cerrados la energía que ellas encierran, porque de nuestro país no podrá irse sin ser tocado.

Llegará siendo de sangre real sin ser coronado, y se irá sabiendo que es a quien esperábamos y siendo el verdadero hijo del Rey; y cuando su misión termine nuevamente volará al norte en busca de nuevas tierras. Se irá de Egipto dejando su amor y llevándose el nuestro; aquí encontrará su esencia y misión y proclamará un mensaje nuevo más allá de nuestras fronteras. 








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