Egipto y Turquía - Parte 4 de 5 Turquía

DIARIO DE VIAJE
Lunes 10/10/2016
Tour día 8


Ruta: Egyptair: El Cairo, Egipto (África) - Estambul, Turquía (Europa)
Destino: Estambul, Turquía (Europa)
Hotel: Wyndham Old City

Ciudad: Turquía

República de Turquía, un país ubicado en Europa y Asia, en la zona de los Balcanes.  Limita con Georgia, Armenia, Irán, Azerbaiyán, Rusia, Bulgaria, Grecia, Siria e Irak.

Se dice que Estambul es el nuevo centro del mundo, gracias a que están a menos de tres horas en avión de unos 50 países.

Planes:

Hoy nuestro chofer nos llevará del hotel al aeropuerto, y ahí otra vez nos despediremos de otro de los asistentes privados de esta "aventura". Volaremos a Estambul en Turquía, dejando atrás el continente africano y la historia egipcia. Ahora tendremos nuevos asistentes que nos mostrarán esta ciudad turca en Europa, días antes de volar a Capadocia para seguir en el mismo conflictivo país, pero en el lado asiático. Finalmente volaremos a Madrid vía Estambul. 

Se supone que desde el aeropuerto tendremos asistencia de la empresa contratada, para hacer los trámites migratorios y aduaneros, así como el retiro de nuestro equipaje, y finalmente nos llevarán al hotel. 

Diario de viaje:

Hoy salimos de El Cairo a Estambul en Turquía, para quedarnos unos días, luego ir a Capadocia y regresar antes de volar a Madrid. O sea que será nuestro segundo de tres aterrizajes en este aeropuerto. 

Dejamos un hermoso hotel cinco estrellas que solamente disfrutamos una noche; con sábanas maravillosas de algodón, tal vez egipcio, de no imagino cuantos hilos. Una habitación espaciosa con buen Internet y la vista del Río Nilo; bellamente decorada y con un aire acondicionado que funcionaba bastante bien. 

Cuando salíamos del hotel y obviamente dejábamos El Cairo, esperábamos que Turquía fuera como Egipto y con la misma calidez de gente, sin imaginar lo que podría llegar a sorprendernos. 

4:00 am. Levantados y a empezar a alistarnos. 
6:00 am. La policía turística egipcia ha sido informada de nuestra salida del hotel, nos vamos para el aeropuerto. 

Dejamos atrás una brumosa ciudad en la que chicos heterosexuales del mismo sexo u hombres mayores, caminan de la mano o agarrados del brazo, se acarician la cabeza o se besan en la frente. Hombres "rudos" musulmanes o "Árabes" barbudos, que viven dentro de una religión que profesa el amor y la solidaridad, y lo demuestran incluso entre ellos en las calles o con los turistas regalándonos sonrisas. Personas comprometidas a la unión familiar, que se ayudan entre todos, ayudan al prójimo y dan un diezmo importante. 

Conforme nos acercamos a la zona de la aeropuerto se puede reconocer el terreno, además de toda esa policía que nos aguarda, puestos de seguridad para los autos, resguardado por el ejército y perros anti explosivos. Luego el arco que debemos cruzar para entrar al edificio, con revisión manual extra mientras las maletas y maletines pasan por la banda. Sin embargo todo esto que podría aterrarnos por saber dónde estamos o qué puede suceder, es suavizado por la amabilidad del personal. 

El aeropuerto estaba lleno de gente, por dicha nuestro asistente lleva las maletas y sabe perfectamente a dónde ir en estos casos. Nos registró en la línea aérea y nos dejó a la entrada de Migración. Luego de sellar nuestros pasaportes, y antes de cruzar la puerta de abordaje, se necesita usar otro puesto de seguridad con fajas, arcos y oficiales con detectores manuales. Aunque siempre vamos lo suficientemente listos para que nada pite, esta vez dio alarma. 

Odiamos cuando la gente ahí empieza a quitarse billetera, faja, reloj, teléfono, etc; y aunque íbamos bien hicieron a Luisfer devolverse para revisar su equipaje de mano. El detector mostraba un cable arrollado que era muy parecido a un "detonador" (que dramático soy), entonces le abrieron la maleta y la revisaron toda, pero no lo encontraron. Volvieron a meter la maleta en la banda, y ya no lo mostraba. 

Sin embargo, aunque esta situación en ese país y con esa gente podría pararle la peluca a más de uno, y ser una historia de miedo, les voy a contar como lo vivimos. 

El guardia detectó el "detonador" y llamó la atención del otro oficial (policía, soldado, anti lo que sea, o que sé yo). Juntos cuchichearon en árabe frente al monitor hasta que preguntamos que era y ambos nos miraron y dijeron: "es esto", señalando el "resorte" en el monitor.  Abrimos la maleta y mientras uno de ellos revolcaba todo, el otro y nosotros dos veíamos si aparecía o no. Finalmente no supimos que era. 

Esa historia es fácil imaginarla en un cuarto hediondo y polvoriento en El Cairo, con militares mal encarados que no te hablan y que retienen tu pasaporte hasta que llegue alguien de ACNUR o el Embajador tico en Qatar, pero no, los egipcios son súper buena nota, en un país que aunque no es Italia y su genética, cuesta mucho ver a alguien realmente feo. 

1:00 pm. Aterrizamos en Estambul, Turquía, y como comprobaremos más adelante, estos tampoco tienen la belleza italiana, pero ¡cuidado Italia!, se están acercando. 

Hicimos solos Migración y Aduana porque a diferencia de Egipto nuestro  asistente tiene que esperar afuera, parecido al aeropuerto de Costa Rica, o para ser justos a casi todos los aeropuertos. 

Por lo tanto cargamos nuestras maletas hasta afuera dónde nos encontramos con él, y le pedimos que nos acompañara a Vodafone para cambiar el SIM de nuestros teléfonos por una línea local. 

En los países que hemos comprado siempre funciona de una vez, aquí tendremos que esperar una hora para apagar y prender el teléfono, y nos fuimos con miedo de llegar a tener problemas; pero luego del tiempo indicado todo funcionó bien. 

Los costos del SIM entre Egipto y Turquía son muy diferentes y una vez que lo pusimos nos aterró pensar que podríamos estar llegando a un país muy caro. El mismo servicio que en Luxor nos costó $15 por los dos, aquí fue de $106. 

Ni modo, estábamos llegando a un país muy diferente en desarrollo y gente, ya no nos estaba esperando la microbús que nos transportó en alguna ciudades de donde veníamos, ni el carretón con caballo, afuera estaba nuestra Limo-camioneta privada, que a diferencia de las calles arenosas o polvorientas, nos llevaría por la ciudad de un país desarrollado, con jardineras, señales de -alto- y hasta semáforos, que además se respetan. 

Nuestro carro era conducido por un encantador chofer que según dicen es muy paternal con la gente de la empresa, y que estuvo con nosotros todo el tiempo que estuvimos en Estambul, incluso cuando volvamos de Capadocia; lamentablemente solo habla turco y es difícil comunicarse sin traductor. 

Aparte de los dos asientos de adelante y el asiento grande atrás, al medio teníamos cuatro confortables sillones giratorios todo en piel color marfil, con mesitas eléctricas que salían al apretar un botón.  Además contaba con -Coffee Maker-, refrigerador siempre con botellas de agua y luces indirectas para dar ese ambiente "limosínico". 

Linda ciudad de camino al hotel. Calles limpias, decoradas, edificios bonitos, no es desierto, no se ve pobreza y ellos dicen que no tienen; y conducen como nosotros en Costa Rica, que básicamente se hace bien pero que de vez en cuando aparecen unos aprovechados que quieren robarse el campo en la fila. 

Los carros se ven limpios y bonitos de variados modelos, incluso algunos de altísimo valor, como sucede en casi (dije casi) todas las ciudades. 

Recordemos que hace unos días salimos de Costa Rica en América, paramos en Madrid para seguir a Italia, ambas en Europa. Después de unos días llegamos a Estambul en Turquía, en el mismo continente para conectar con nuestro vuelo a Egipto en África. Hoy salimos de ahí para volver a Estambul, o sea de África a Europa. Dicho todo eso y mientras vamos camino al hotel estamos conduciendo a la orilla del Estrecho del Bósforo que une el Mar Negro con el Mar de Mármara; en esta parte es bastante angosto y ahí -nomasito- en la otra orilla está Asia, porque Estambul es la única ciudad en el mundo situada en dos continentes. En unos días volaremos a Capadocia, que también es una ciudad turca, pero toda en Asia. 

Llegamos al hotel, que aunque también es cinco estrellas y está bien, no es uno de esos lugares maravillosos que llegamos a recordar siempre, como el apartamento en París, el hotel monasterio de Antigua en Guatemala o el muy moderno de Copenhague; pero ciertamente no es el hotelillo de Padington en Londres, ni un hotelucho que una vez nos tocó en USA.  (Para más información ver otros Diarios de Viaje). 

En fin, este hotel tiene al menos dos tiendas, restaurante con cafetería, venta de helados, muchos lugarcitos dónde sentarse, SPA con sauna, vapor, haman, gimnasio, baño turco, masajes y piscina. Son cuatro torres con un área abierta que las une, y cada una de ellas con un ascensor panorámico que muestran hacia adentro, dando sensación de más amplitud. 

También cuenta con un puesto médico. Es como una oficina de atención de algún tipo, pero más que eso me parece que es para vender algún servicio y creo, porque por algo que no recuerdo me pareció ser, es para la venta de un proceso de implante de cabello para hombres. 

Aparentemente es terrible para la mayoría de los turcos ser calvos o pelones, y algunos tienen esa tendencia. Es un tratamiento espantoso que arrancan pelo de unas partes y lo injertan en otras, y los chavalos que se lo han hecho y se ven en la calle, andan en diferentes momentos del tratamiento. Unos con la cabeza vendada en partes y otros con la cabeza roja de puntitos, como si se les hubieran enganchado las trenzas al bajarse de la Rueda Chicago (me dejé llevar por la imaginación), o bien como debe quedar una gallina cuando le arrancan las plumas; para ser honestos, seguro así quedó el ganso luego de que hicieron las almohadas de mi cama. En resumen, se ven de asco, de volver la vista hacia otro lado. Seguramente no puede usar algo que los tape como sombrero o gorra. Los primeros los vimos cuando pasamos por este aeropuerto camino a El Cairo. 

De verdad sentimos que estamos en otro país, porque no se parecen, pero seguimos estando en Medio Oriente y aquí los edificios también tienen arcos de seguridad, como acabamos de comprobarlo al llegar al hotel. 

En esta ciudad o país, igual que en Egipto y me imagino que en gran cantidad de territorios en esta parte del mundo, no se puede tomar agua del tubo, ni para lavarse los dientes, y la boca debe estar cerrada al bañarse. Ya llegaremos a España en unos días y la vida regresará a la normalidad con mejores procesos sanitarios. 

Dejamos las cosas y nos fuimos a caminar por la ciudad, luego de que nuestro asistente nos dijera que era seguro hacerlo, igual que como nos aseguraron en el hotel. Nos compramos unas delicias turcas, que aunque hay de muchos tipos, escogimos unos que son como gomitas forradas de diferentes detalles. Queríamos llevarlas y comerlas de una vez, pero para decidir qué queríamos fuimos probándolas todas y quedamos satisfechos, de momento.

Regresamos al hotel, nos tomamos un café, dejamos cosas y nos volvimos a ir a caminar. 

Más tarde y antes de la cena fui un rato al sauna y al baño turco mientras Luis Fer "interneteaba" un poco. Perdonen porque esto de tener hoteles con SPA es lo que ha hecho que me atrase en los reportes del Diario de Viaje. 

Cenamos en el restaurante del hotel, lavamos un montón de ropa, y nos acostamos porque mañana puede ser, y será, un gran día. 

Buenas noches Chitos. 


DIARIO DE VIAJE
Martes 11/10/2016
Tour día 9


Destino: Estambul, Turquía (Europa)
Hotel: Wyndham Old City

Ciudad: Estambul

Estamos en Estambul, Turquía, Europa; conocida en algún momento como Constantinopla antes de la caída en manos de los turcos otomanos el martes 29 de mayo de 1453, fue un hecho histórico que, en la periodización clásica, y según algunos historiadores, marcó el fin de la Edad Media en Europa y el fin del último vestigio del Imperio romano de Oriente.

Turquía, oficial la República de Turquía . Es un país soberano intercontinental ubicado en Asia y Europa que se extiende por toda la península de Anatolia y Tracia en la zona de los Balcanes.

Limita al noreste con Georgia, al este con Armenia, Irán y Azerbaiyán, al norte con las aguas territoriales rusas en el mar Negro, al noroeste con Bulgaria y Grecia, al oeste con las islas griegas del mar Egeo, al sur con las aguas chipriotas del mar Mediterráneo y con Siria, y al sureste con Irak. La separación entre Anatolia y Tracia está formada por el Mar de Mármara y los estrechos de Turquía (el Bósforo y los Dardanelos), que sirven para delimitar la frontera entre Asia y Europa, por lo que se considera a Turquía como transcontinental.

Debido a su posición estratégica, ubicándose entre Europa y Asia así como entre tres mares, Turquía ha sido una encrucijada histórica entre las culturas y civilizaciones orientales y occidentales. Su territorio ha sido el hogar de varias grandes civilizaciones como los Hititas, Urartu, Cimerios, Imperio Asirio, Imperio Persa, Antigua Grecia, Imperio Romano, Imperio Bizantino, Dinastia Selyúcida, Imperio Otomano y el lugar en el que muchas batallas entre las mismas tuvieron lugar a lo largo de la historia. El país influye en la zona comprendida entre la Unión Europea en el oeste y Asia Central en el este, Rusia en el norte y Oriente Medio en el sur, por lo que ha adquirido cada vez más importancia estratégica.

"Anadolu" o Anatolia (también conocida como Asia Menor), que comprende la mayor parte de la Turquía moderna, es una de las regiones habitadas continuamente más antiguas del mundo debido a su ubicación en la intersección de Asia y Europa. Los primeros asentamientos neolíticos como Çatalhöyük, Hacilar, Göbekli Tepe y Mersin se consideran unos de los primeros asentamientos humanos en el mundo.

Diario de viaje: 


Hoy haremos un tour privado a "the Blue Mosque", "Topaki Palace", "Hagia Sphia", el Tour de la ciudad y el del Gran Bazar. 

Después del desayuno, recogida desde el hotel y el viaje empieza en Estambul, la única ciudad del mundo situada en dos continentes. Bizancio, Constantinopla y Estambul - sus tres nombres abarcan más de 2600 años, casi 1.600 de ellos como la capital de dos de los más grandes imperios que el mundo ha conocido, bizantino y otomano. Visitaremos el Palacio de Topkapi, Santa Sofía, la Mezquita Azul, que es la más importante del país, y el hipódromo, donde tuvieron lugar las carreras de carros y los disturbios bizantinos.

Aquí casi todos los hombres son "de buen ver", incluso los mayores en los que se puede reconocer que hubo una juventud con dotes de belleza, desde mi punto de vista por supuesto. Las mujeres en su inmensa mayoría no gozan del favor genético, pero otra vez puede ser mi punto de vista, porque no siempre las cosas son según el cristal con que se miren, sino dependiendo de quien mire por el cristal. 

Anoche nos dormimos al ser las once y por lo tanto está mañana a las siete estábamos lo suficientemente descansados, para encontrarnos por primera vez con nuestra guía turca de habla hispana. Una musulmana de los nuevos tiempos, que usa jeans ajustado, no lleva pañuelos y el cabello suelto que se mueve con el viento, retando a las tradiciones del Islam y candidata perfecta para una prisión en Arabia Saudita, pero estamos en Turquía que es un estado laico, aunque el actual gobierno tenga tendencias para volver a sus raíces religiosas. 

Pasamos por los acueductos romanos, o lo que queda de ellos y visitamos lo que fue Constantinopla y Calcedonia, que hoy juntas se llaman Estambul. Vimos el Mar de Mármara, el Estrecho del Bósforo y un importantísimo puente sobre este, que une la parte europea y el área asiática de Estambul. 

Cargando una botellita de agua que nos regalo el chofer, nos bajamos a caminar por lo que otrora fue El Hipódromo Romano del siglo II. Aunque ya no se podría adivinar lo que antes fue, se lucen preciosos monumentos y obeliscos, uno de ellos egipcio, que evidencian lo que en ese lugar estuvo y lo que representó en el pasado, o incluso en el presente que lo resguardan para ser disfrutado por las siguientes generaciones. Siglos después se usó como mercado de animales, y hoy en día se utiliza para caminar conectando diferentes partes o sectores de la ciudad. 

La pieza egipcia es la más valiosa de la ciudad, con 3500 años, y traído en el siglo IV, para colocarlo sobre un bloque de mármol decorado por los romanos. 

Fuimos a la Mezquita Azul o la Mezquita del Sultán Mahmed II, que fue el primero que subió al trono, al tener 13 años de edad; y la Mezquita se convirtió en la "iglesia" de la familia real. Actualmente cuentan con más de 300 mezquitas. Recordemos que en este país el título de "sultán" es lo mismo que decir "rey turco". 

Recorrimos la Mezquita Santa Sofía del siglo VI, que antes de eso fue una iglesia Cristiana, y hoy en día se ha convertido en un museo. Siempre mantuvo su nombre aunque cambiara de religión porque "Santa Sofía" realmente significa "Divina Sabiduría", y aunque la Sultana (mamá del Sultán) coqueteaba con el cristianismo y de alguna forma influía en las decisiones de su hijo, este tuvo que convertir la iglesia en mezquita después de la conquista, porque de no hacerlo no hubiera sido bien por sus hombres y su pueblo. Caminamos por las rampas del segundo piso, pero que realmente está a la altura de un quinto piso. 

Estando en Santa Sofía pude escuchar una linda chic occidental decir: "Qué es que nadie me toma una foto"; yo iba pasando y le dije: "deme chita yo sé la tomo", me dio el teléfono y lo hice. Pero al parecer no quedaron grabadas, y me reclamó al estilo de una chiquita rica centroamericana. Le dije: "deme y se las tomo otra vez"; me dio el teléfono y volví a hacerlo, casi le digo: "no se preocupe, todavía recuerdo como funciona el iPhone 5. Cuando se lo devolví las reviso y dijo que estaban lindas, -claro, le dije, -no sabes lo que te hubiera cobrado por estas fotos. 

Caminando por las calles vimos las ventas de castañas asadas y de elotes, averiguamos cuál es el mejor lugar para recibir un baño turco o "hamam" y notamos la escasez absoluta de basureros en las zonas públicas. La guía nos explicó que son lugares ideales para que los terroristas coloquen sus bombas, y por eso no están instalados. Sin embargo todo está limpio, y si me permiten seguir comparando, ciertamente no es El Cairo..

Fuimos a ver las Cisternas, que son grandes o grandísimos sótanos en la ciudad en donde en la antigüedad guardaban el agua. Grandes edificaciones de decenas de columnas reutilizadas de construcciones anteriores, entonces aunque el agua almacenada tapaba gran parte de estos hermosos pilares con formidables capiteles, muchos son de una belleza incomparable. Algunos de diferentes tamaños adaptados con piezas extra para que dieran la altura suficiente, y hoy en día lo mantienen abierto al público con rampas para caminar sin mojarse por los pocos centímetros de agua que son el habitat de peces que observamos, perfectamente iluminado muy suave, y música de fondo que te transporta a quién sabe dónde. 

Paramos para almorzar en un restaurancito junto a la calle a pocos metros del una de las 16 puertas del bazar que recorreríamos una vez que nuestros estómagos estuvieran satisfechos. Aquí en Turquía la comida se puede disfrutar, tengo que confesar que en Egipto comí lo necesario para que mis órganos vitales siguieran trabajando, sin colapsar, mientras dejaba el país; es que aunque la comida no era fea, de verdad que no da maravillosa. 

Fuimos al Gran Bazzar que es enorme y aprovechamos para comprarnos unas bufandas de seda y lana que nos ayudarían, según nosotros, con el frío de Capadocia cuando estemos subidos en el globo, pero no llegamos a usarlas.

La gente de Turquía se viste muy similar a nosotros, lo que evidentemente ayuda a que nos sintamos mejor o más cómodos, muy diferente a los egipcios que en su inmensa mayoría usan esos barones largos de colores tierra aburridos, o los "pesados" de los Emiratos Árabes Unidos que llevan túnica blancas, impecables y preciosas que llegan hasta sus sandalias muy lucidas y de altísimo costo; y las mujeres en trajes de color negro, de telas también costosas, y la mayoría solo muestra los ojos. Mientras que las egipcias andan con su cara destapada, y el cabello cubierto con un pañuelo de colores o decorados. Las de aquí usan jeans y "ropa occidental". 

No se ve pobreza en las calles y nos dicen que están en cero. No se siente que exista diferencias en clases sociales y la guía asegura que cualquiera habla con todos, aunque obviamente hay lugares más caros que no son del acceso de todos.  Las familias pueden tener servicio doméstico en sus casas, aunque como nosotros muchos prefieren que sean por días o por horas. Así que como nosotros contamos con la ayuda de las nicaragüenses, y en otros tiempos de las chicas salvadoreñas, en Turquía lo solucionan con mujeres provenientes de Armenia, ¡Qué elegante!  Y según supimos, son mujeres incluso profesionales que han tenido que abandonar su país para venir a trabajar y mantener a su familia, tal vez como sucedió con los cubanos en América. 

Verdaderamente es un país desarrollado, aparentemente estable, con seguro social gratis y seguro de desempleo de ocho meses.

Regresamos al hotel y pedimos al Concierge que llamara a "Ayasofia Hürrem Sultan Hamami", de 1556, para reservarnos en el baño turco un espacio para los dos a eso de las 4:00 pm. Dejamos algunas cosas en la habitación y salimos a tomar el Tramp (transporte público) para que nos acercara a Santa Sofía que está frente a los baños. Cuando llegamos a la parada supimos que teníamos que comprar un "Token" o ficha para abordar, pero no encontrábamos la máquina para eso, un chico nos ayudó y pasó su tarjeta, pagando él, para que yo pudiera entrar, pero luego no se la aceptó para Luis Fer, entonces buscó la ayuda de un señor que hizo lo mismo, y ambos nos fuimos. Al llegar a destino nos averiguamos qué hacer y compramos los Token para el regreso, solo que al volver cometimos el error de montarnos en la dirección contraria, tuvimos que bajarnos en la siguiente estación para cambiar de ruta, dichosamente quedamos dentro y no tuvimos que pagar otra vez. 

Llegamos a los baños, pasamos por una puertita e hicimos lo necesario con la chica de recepción. Nos pasaron a una sala central rodeada de un piso un poco más alto, que además tenía encima unos reservados que luego supimos que eran para masajes. Todo construido en madera color natural y tela blanca. 

Llenamos un formulario con detalles médicos incluyendo posibles alergias y un asistente vino por nosotros para llevarnos al vestidor y entregarnos a cada uno unas pantuflas, un calzón desechable del estilo más poco sexy que haya visto y una toalla pequeña para ajustarla en la cintura.

Una vez que nos habíamos cambiado, poniéndonos lo que nos entregaron, ese mismo asistente los condujo a otro salón muy grande, hexagonal, todo en mármol claro.  En el centro había una mesa del mismo material como de 5 metros cuadrados, un pasilla alrededor y luego unos semi-reservados que tenían pared al fondo y a los lados, pero abierto al frente hacia la mesa de mármol.  Nos indicó que nos sentáramos, cada uno junto a una pileta del mismo material que acumulaba agua, con llaves para caliente y frío en bronce, cobre o similar, y una taza del mismo material para coger agua y bañarnos.

De pronto aparecieron dos chicos vestidos tal y como estábamos nosotros, tapados únicamente con la toalla, aunque desconozco si debajo andarían esos feos calzones, calzoncillo o bañador. El filipino, que luego supe que se llamaba Mardy Maranan, dijo mi nombre y el otro que posiblemente era turco, aunque con apariencia más europea, de piel blanca y cabello un poco claro, fue asignado a Luis Fer. 

Nos pasamos los cuatro para otro de los reservados de mármol, en donde serían ellos quien se encargarían de bañarnos. Ya no era necesaria la toalla mientras estábamos sentados, aunque si seguíamos usando nuestro sexy-calzones. Restregaron el cuerpo con un guante de tela gruesa para exfoliar, lavaron nuestro torso, brazos, piernas y cabello, y aplicaron abundante agua para dejarnos sin jabón o cualquier otro producto de limpieza utilizando. .

Nos pusimos de pie y el filipino a mi espalda jaló un poco el elástico para echar agua y que no quedaran restos de jabón; en ese momento pensé tantas cosas, algunas buenas y otras no tanto. No sabía si era parte del proceso normal, porque todo para mí era nuevo, así como tampoco sabía si era una licencia que el chico se daba para ver lo que ocultaba, lo cierto era que obviamente mis nalguitas habían quedado evidenciadas o en evidencia; pero era por detrás y además tenía mis ojos cerrados, tampoco sé si cuando lo hizo se asomó o estaba viendo hacia arriba; en todo caso no importaba. El momento de pensamientos y pensamientos fue interrumpido cuando noté que ya no estaba detrás, se había colocado frente a mi, y como yo continuaba con mis ojos cerrados, tampoco supe si estaba viendo hacia abajo o hacia arriba, cuando hizo lo mismo con el elástico del frente para poner agua ahí también; ya el haber "enseñado" las -petacas- era lo de menos, todo yo había sido evidenciado; ¡pobre filipino! En todo caso yo tenía muy claro que era un chico de Filipinas, que suelen ser muy cariñosos y que eso no debe ser confundido; de hecho acariciaba mi espalda cuando caminábamos de un lado a otro; todo eso sumado a que la empresa debe tener un entrenamiento cuidadoso y no permitiría una eventual falta de respeto con los clientes. 

Me guía hacia afuera del semi-reservado hasta la mesa de afuera, al otro lado de donde ya estaba Luis Fer, me acosté boca abajo y me dio un baño de espuma. Fue lo mejor que he sentido; no parecía agua o espuma de jabón, era como un baño de hidrógeno, que aunque nunca he tenido uno, así debe sentirse. Eran las gotas como de aire golpeando en el cuerpo con la suavidad de la espuma; ¡Qué sé yo!, fue maravilloso. 

Nos condujeron a otro "lavatorio" de mármol para quitar el resto de este nuevo producto, nos pusieron una toalla seca en la cintura; sí, me puso, porque yo estaba con los ojos cerrados dejándome llevar. Luego otra en el torso y nos condujeron a unas camas blancas para dejarnos reposar un rato, trayéndonos té y delicias turcas.

Poco minutos después llegaron nuevamente, solo que usando pantalón y camisa blanca, y nos llevaron al tercer piso, en donde a cada uno nos asignaron un cuartito para masaje, ahora nos separábamos, cada uno con su masajista. De hecho en la parte del baño y en el proceso de la espuma, pude notar que otros chicos atendían a otros clientes ahí mismo. No era nada secreto, privado o indebido, era el baño turco tradicional. 

El masaje tomó unos 50 minutos, nos despedimos, nos cambiamos de ropa y nos fuimos con una maravillosa sensación de lo vivido. Fue formidable. Antes de irnos nos entregaron unas bolsitas que incluían el guante exfoliarte, el champú sobrante y el resto de la barra de jabón que usaron; todos de un maravilloso aroma. 

5:45 pm. Cuando salimos a la cale había llovido mientras nosotros disfrutamos nuestro momento en el humam, y amenazaba con volver a caer agua. Mientras tanto nos fuimos a una cafetería cercana para tomarnos un capuchino antes de regresar al hotel usando el Tramp; pero antes caminamos un poco y visitamos el Four Seasons para ver la ruinas de la vieja cárcel, que esconde en sus jardines internos. 

Llegamos al hotel, hicimos algunas cosas y cenamos ahí mismo.

Buenas noches Chitos. 











DIARIO DE VIAJE
Miércoles 12/10/2016
Tour día 10


Destino: Estambul, Turquía (Europa)
Hotel: Wyndham Old City

Ciudad: 

La soberanía sobre el estrecho ha sido motivo de discusiones y guerras a lo largo de la historia. Griegos, otomanos y rusos han pretendido cerrar el Estrecho y utilizarlo solo para sus barcos en distintos momentos de la historia. Tras la primera Guerra Mundial, y como resultado de la derrota del Imperio otomano en la misma, en 1918 el Estrecho fue expropiado al Imperio otomano y puesto bajo el control de una Comisión Internacional de los Estrechos Turcos, presidida por el Reino Unido y que también integraban Francia, Italia y Japón. Desde que en 1936 esta Comisión fue disuelta, la soberanía fue devuelta a Turquía a condición de que lo mantenga abierto para todos los buques civiles en tiempos de paz. Divide en dos partes la ciudad de Estambul y conecta el mar de Mármara. Tiene una longitud de 30 kilómetros, con una anchura máxima de 3700 m en la entrada del mar Negro, y una anchura mínima de 750 m entre Anadoluhisarı y Rumelihisarı (castillos otomanos que se alzan en las colinas de su ribera). Su profundidad varía entre 36 y 124 m. Las orillas del estrecho están densamente pobladas, ya que la ciudad de Estambul (con una población de al menos 14 millones de habitantes) se asienta entre este estrecho que divide Europa de Asia

Tour: 

Seguimos en Estambul. Hoy iremos con la guía y el chofer, en nuestra limo-camioneta para hacer un tour en el Bazar de las especias, donde el aire se llena  con tentadores aromas de canela, alcaravea, azafrán, menta, tomillo y cada hierba concebible.  Luego un viaje en barco por el Bósforo, que también es conocido como el estrecho de Estambul, que separa la parte europea de la asiática, ambas en Turquía, cuyas orillas están llenas de casas de madera, palacios de mármol, fortalezas y pequeños pueblos pesqueros. 

Diario de Viaje:

Desayunamos en el hotel y al ser las 9:00 salimos hacia el mercado de las especias, que data del año 1597, y fuimos recibidos por deliciosos aromas de "condimentos" y café. Recién entrando compramos azafrán de Irán, que parece ser el mejor, y rosas para té como regalo a mi hermana, ya le había comprado de jazmín en el centro de Estambul, que son flores que se abren una vez que están en el agua caliente. 

Fuimos luego al muelle para tomar un barco que nos llevará por el Estrecho del Bósforo hacia el norte, dejando atrás el Mar de Mármara y dirigiéndonos al Mar Negro, viendo las costas de Estambul, a nuestra izquierda Europa y a la derecha Asia. Antes de abordar pude ver a un militar del equipo antiterrorismo turco apostado cerca de la entrada en una posición que infunde temor, o que infundiría si su rostro no fuera tan hermoso y poco común; le pedí a la guía que le preguntara si podía tomarme una foto con él, y aceptó. 

Luego de aproximadamente una hora, viendo para todo lado y tomando fotos de las edificaciones construidas en las orillas del Bósforo, llegamos y desembarcamos en un pueblo de pescadores llamado "Sariyer Swahili".

En el camino nos enteramos conversando con la guía, que el comercio lo cierran a eso de las 9 de la noche, a diferencia de Egipto que a la una de la madrugada casi todo está abierto. Los turcos solo pueden tener una esposa a la vez, a diferencia de los egipcios que pueden tener más de una, y la verdad creo que un número indeterminado, mientras puedan mantenerlas. 

La genética local es bonita, muy distinta a como yo suponía que eran los turcos. La moda es muy similar a la nuestra, pero se inclinan por ropas ajustadas; más adelante en el viaje vimos que en España también, lo cual podría significar que la moda esté dando un pequeño giro, y -por si acaso- llegaré a San José con ropita nueva. 

Almorzamos en este hermoso pueblo de pescadores, caminando un poco por la costa hasta llegar al restaurante antes de encontrarnos con nuestro chofer que hizo el viaje por carretera mientras nosotros navegábamos. Elegimos un lugar de papas rellenas. Grandes patatas con un muy variado menú de opciones, que incluía quesos, vegetales, carnes y demás. 

Caminamos un poco más para conocer el lugar y por supuesto tomar algunas fotos antes de encontrarnos con el chofer e irnos para el Palacio del Sultan Ahmed. Una casa en donde vivieron los primeros 22 sultanes turcos, con 300 cocineros para 4000 personas, seguramente con una dieta de pollo, pescado, carne y cuscús. 

Escuchamos las historias aterradoras de los eunucos que servían en el palacio, específicamente en el harem del sultán; algunos blancos que eran operados para retirarles los testículos y los negros a los que les quitaban además el pene. 

La estructura política de aquellos tiempos y en esta parte del mundo, en donde el dirigente principal (o rey) era el sultán que disfrutaba de poder absoluto, estaba el califa o líder religioso, y los visires que eran como ministros que reportaban al gran visir, que departía directamente con el sultán, y seguro era uno de esos consentidos que se sentaban en el gran e incómodo diván. 

La otra institución poderosa dentro del Gobierno era el harén que estaba gobernado por la «sultana válida», la madre del sultán, quien solía tomar partido en los asuntos de Estado. En grado de importancia, bajo ella se situaba la primera esposa del sultán o madre de su primogénito y en un tercer nivel las otras cuatro esposas oficiales.

En sentido estricto el harén es el recinto específicamente destinado a las mujeres situado dentro de palacios o grandes edificaciones. La vivienda musulmana consta de dos partes perfectamente diferenciadas : el “selamlik”, destinada a los hombres y el “harenlik”, zona donde las mujeres pasan su vida.  “Harén” significa a la vez “sagrado” e “inviolable”. Este lugar está vedado a los visitantes del otro sexo y solo puede ser frecuentado por eunucos o por el dueño y señor de la casa. Traspasar el umbral del harén acarrea la decapitación inmediata del intruso. En la época del sultanato turco se elevaba a más de mil personas, en la que no sólo habitaban las mujeres del sultán, las princesas y los príncipes, las esclavas y los eunucos, sino que cumplía otras funciones sociales y económicas.

En el harén vivían también las concubinas, tanto del sultán como de sus oficiales más destacados, así como muchachas usadas para concertar matrimonios políticos.

Al servicio del harén había dos niveles de eunucos, los negros y los blancos. Los eunucos negros eran esclavos africanos que servían a las mujeres y se hallaban bajo el control de un eunuco negro jefe, un miembro de la corte con gran poder.

Los eunucos blancos eran principalmente esclavos balcánicos y servían en la escuela de palacio donde estudiaban los niños escogidos que más tarde se convertirían en oficiales o jenízaros. Los jenízaros eran la caballería de elite del sultán. Acostumbraban a ser esclavos cristianos cuidadosamente seleccionados en las tierras conquistadas e instruidos en condiciones monásticas estrictas. Aunque no estaban obligados a convertirse al islam.

El jefe de los eunucos blancos era el brazo derecho de los sultanes, mostrando a veces más poder dentro del gobierno que el gran visir del lugar. Ellos decidían quienes franqueaban las murallas y hasta donde podían hacerlo. Los eunucos negros eran los custodios del harén femenino, protectores de las puertas interiores. Sombras diurnas y nocturnas de las esposas, cuanto más feos son más valor ostentan en el mercado. Controlan desde la comida hasta las ropas de las esposas y concubinas.

A los eunucos se les consideraban ser “menos que hombres” e incapaces de “ser tentados” por las mujeres del harem. Esto les permitía ser exclusivamente leales al Sultán. Hombres castrados que por lo tanto no representaban ninguna amenaza a la santidad del harem. Según la tradición musulmana, ningún hombre podía poner sus ojos en el harem de otro hombre, por lo tanto requerían a alguien considerado “menos que un hombre” para el papel de la tutela marital sobre las mujeres del harem.

Los eunucos blancos, por lo tanto, eran conseguidos desde niños en tierras conquistadas o en batallas, los negros eran dados por la familia para ser sacrificados al servicio del sultán, lo que representaba un gran orgullo familiar. Interesantemente en esos tiempos y en este "oficio" los negros eran considerados superiores a los blancos. Los negros podían entrar al harem, los blancos servían fuera de las puertas. Los blancos dormían juntos en un cuarto para unas 40 personas, los negros tenían una habitación cada uno. 

Ya en el harem, las chicas vivían juntas, y las favoritas del sultán que tenían hijos disfrutaban de un cuarto para cada una. 

El primer sultán turco en 1299 era nómada y por lo tanto no tenía un palacio en estas tierras; el primero en vivir aquí fue Mahmoud II en 1474

En este palacio real del sultán, conocido como "Topkapi Sarahi" pudimos ver parte del museo que resguarda piezas importantes que muestran como reales, pero con dudosa veracidad. Vimos una huella de Mahoma, el turbante que usó José el papá de Jesús, el palo de Moisés, la espada de David, el plato en el que comía Abraham, espadas de los califas o profetas de Mahoma y el cerebro y brazo de Juan el Bautista. Además de una colección de cajas pequeñas que contienen tierras sagradas. 

En aquellos tiempos era una práctica normal y aceptada que cuando un sultán subía al trono por la muerte de su papá, mandaba a matar a todos sus hermanos para no correr el riesgo de que alguno de ellos quisiera eliminarlo en busca del poder. No obstante los hermanos no eran cercanos porque habían sido enviados a diferentes zonas, por lo tanto muchas veces no se conocían y resultaba más fácil mandar a matarlo. Esto sucedió incluso hasta en el siglo XVIII. 

Una vez terminada nuestra visita regresamos al hotel para hacer las maletas y poder viajar mañana temprano a Capadocia en este mismo país. Dejamos una valija guardada porque a nuestro regreso pasaremos otra noche aquí antes de irnos para España, y yo me fui un rato al SPA del hotel. 

Más tarde cruzamos la calle para comprar en un negocio al frente, una especie de "raps" que comimos en una de las salas del hotel, y le escribimos un mensaje a Mahmoud, que es nuestro contacto en la empresa organizadora del tour, radicada en Estados Unidos para comentarle que aunque la guía de esta ciudad ha sido buena, nos hemos sentido poco atendidos, y que requerimos mayor atención a los detalles. Esperamos que atiendan el asunto con prontitud y eficacia, como siempre lo han hecho, y que se vea reflejado a nuestra llegada a Capadocia. 

Buenas noches Chitos. 










DIARIO DE VIAJE
Jueves 13/10/2016
Tour día 11


Ruta: Turkish Airlines: Estambul, Turquía (Europa) - Capadocia (Kayseri), Turquía (Asia)
Destino: Capadocia, Turquía (Asia)
Hotel: Gamirasu Cave Hotel

Ciudad: 

Capadocia

Capadocia se caracteriza por tener una formación geológica única en el mundo y por su patrimonio histórico y cultural. En el año 1985, fue incluida por la Unesco en la lista del Patrimonio de la Humanidad, con una zona protegida de 9576 hectáreas. 

Desde hace miles de años y hasta la actualidad, ha habido siempre asentamientos humanos en la región. Algunas civilizaciones antiguas florecieron aquí, como la hitita, y otras procedieron de civilizaciones europeas o de otras regiones de Asia Menor; todas ellas han dejado su huella cultural en Capadocia.

Las características geológicas del lugar han dado pie a que sus paisajes se describan a menudo como paisajes lunares. La tierra del lugar, llamada toba calcárea, ha adquirido formas caprichosas tras millones de años de erosión y es lo suficientemente débil para permitir que el ser humano construya sus moradas escarbando en la roca en vez de erigir edificios. De esta forma, los paisajes lunares están llenos de cavernas, naturales y artificiales, muchas de las cuales continúan habitadas.

Kaymakli es una de varias ciudades subterráneas (Derinkuyu, Mazi y Özkonak) y abandonadas en la región de Capadocia, en Anatolia Central, Turquía. Se piensa que fue probablemente construida entre los siglos V y X, aunque la falta de decoración y documentación hacen difícil fijar estas fechas, y ha sido ocupada por diversas culturas a través de los siglos. Su función principal era guarecer a los habitantes de la región en caso de invasiones. Su posición estratégica en el centro de la región de Capadocia (20 kilómetros al sur de Nevşehir), la hacía un refugio fácilmente alcanzable por los moradores.

La ciudad fue escarbada en el débil subsuelo ceniciento de Capadocia. Esta alcanzó un tamaño tal que podía recibir a cientos de personas, guareciéndolas por espacio de hasta seis meses. Tiene nueve niveles subterráneos descubiertos hasta ahora, de los cuales los cuatro superiores están abiertos al turismo. Los inferiores permanecen parcialmente obstruidos, o reservados para investigadores. Fue descubierta en 1964.

Tiene una sola entrada; pero una vez en el subsuelo, se extiende por 2,5 km². En el interior se encuentran áreas destinadas a almacenes de alimentos, establos, cisternas, cavas, cocinas, iglesias e inclusive sepulturas dispuestos en un laberinto de túneles y escaleras. En las cocinas se aprecia que las paredes y el techo están impregnados de hollín. En las iglesias existen restos de los frescos bizantinos que las adornaban.

La ciudad cuenta con pozos de ventilación. La entrada es protegida por una piedra en forma de disco que se hacía girar para bloquear el paso por completo, y que solamente podía hacerse girar desde dentro. Un segundo disco protege la ciudad, unos metros más adentro sobre el túnel de entrada: como "doble seguro" en caso de que la primera entrada fuese franqueada. Existe un túnel subterráneo en dirección a la vecina ciudad subterránea de Derinkuyu (9 km al sur), aunque el túnel no ha sido completamente liberado por lo que no se sabe si en la práctica existía comunicación subterránea entre estos dos refugios.

Tour: 

Hoy nos despedimos de esta ciudad, de otro guía especializado y de un chofer amable, y nos vamos al aeropuerto para volar a Capadocia, en este mismo país, pero en tierras asiáticas. Llegaremos al aeropuerto de Kayseri en donde nos estará esperando nuestro nuevo guía, para trasladarnos al hotel.

Después de eso visitaremos "Three sisters fairy chimney" en Urgup, que son muy populares y usados en los a anuncios turísticos. De ahí iremos al Valle de las Palomas; después descenderemos al "centro de la tierra" en la ciudad subterránea de Kaymakli.

Ya hemos dejado atrás Egipto, y con él nuestra primera visita al continente Africano, también estuvimos en la parte europea de Turquía y ahora volvemos a Asia, mi segunda visita a esta "complicada" zona del mundo, esta vez no en el Golfo Pérsico, pero sí a lo que puede ser una convulsa Turquía. En unos días volaremos a Estambul nuevamente, pero para conectar con Madrid en España, antes de volar a América, para así completar 4 continentes en un mismo viaje, aunque tenemos que tomar en cuenta que a principios de este año estuvimos en Australia, lo cual quiere decir que en el 2016 visitamos los cinco de seis continentes del planeta, y no creo que lleguemos a estar en la Antártica.  

Aunque algunos sostienen que América son dos continentes, el norte que incluye a Centroamérica y el sur, pero no comparto esa teoría; y mucho menos otras que dicen que Centroamérica no está en un continente, sino que es el istmo que une dos. También leí que algunos consideran América del Norte como un continente y América Latina otro, por lo tanto me sujetaré a lo aprendido en la escuela y diré: América, Europa, Asia, África, Oceanía y La Antártica.

¿Qué pasó en Capadocia?

Hace 25 millones de años dos volcanes arrojaron cerca de 70 metros de ceniza en esta gran área de Turquía, en otras cercanas luego un tercer volcán dejó salir lava que cayó sobre los restos de los dos primeros. Todo esto se fue compactando por todo este tiempo y 6000 mil años antes de Cristo llegaron los primeros habitantes que escarbaron las rocas de material relativamente suave para hacer sus casas y escondites, y salvarse de aquellos invasores que querían matarlos para lograr una raza única; un poco parecido a Alemania. 

Hicieron casas de 14 pisos de profundidad, y en algunos lugares hasta de 20 pisos. Construyeron sociedades subterráneas en las que vivían unas 5000 personas sin ver la luz del sol durante mucho tiempo, teniendo como 300 ciudades similares. 

En estas casa se protegían poniendo puertas de piedra irrompibles y creando delgados túneles, algunos falsos, de forma tal que los que llegaban tenían que entrar de uno en uno, y ellos podían eliminarlos sin problema.

Guardaban granos, fabricaban su vino y tenían a sus animales adentro con ellos; viviendo con una dieta de yogurt, granos, pan, muy poca carne y alguna que otra cosilla. ¡No puedo ni imaginar los olores en los que vivían! 

Al pasar el tiempo, con el agua el viento, la erosión moldeó todas estas estructuras, y algunas paredes cayeron dejando al descubierto las construcciones. Se ven conos con una piedra arriba, que fueron creados por la ceniza abajo, la lava arriba, y el moldeado del tiempo dan un paisaje hermoso y surrealista.  

Todavía hay quienes viven en estas casas, pero por ser protegido por la UNESCO el gobierno les está dando viviendas más cómodas para que se muden de las estructuras que finalmente dejarán de estar, aunque se necesiten otros cientos de años para que eso suceda. 

Diario de Viaje: 

Anoche enviamos un correo a la empresa de viajes en Estados Unidos, con la que organizamos este paquete, porque hemos sentido que la oficina en Estambul no nos ha dado el trato del nivel contratado. Fue un estudiante quien nos recibió en el aeropuerto y nos dejó en el hotel, y aunque no teníamos nada organizado para esta tarde, debieron haberse comunicado para ponerse a las órdenes y por si algo pudiéramos necesitar, además hicieron mal las reservaciones del vuelo de regreso de Capadocia, y aunque pagamos para que lo arreglaran, no han enviado la confirmación. Desde USA se disculparon y ofrecieron poner frutas y vino en nuestro próximo hotel, ya veremos cómo estará la atención por allá. 

La noche anterior también aprovechamos para lavar ropa, y como la planchamos un poco amaneció seca; o sea que podríamos andar, incluso, con solo una camisa, pero claro que no.

Está mañana el chofer llegó puntual como es costumbre, acompañado de un muchacho que luego supimos que era un estudiante de química, llamado Eyüp Koçak, un chico delgado, simpático, agradable y risueño, que aparentemente estaba recién contratado para atendernos porque ni conocía el nombre de la empresa, y tuvo que preguntarle al chofer. 

En el aeropuerto no sabía qué hacer y tuvo que preguntar para lograrlo, y aunque las cosas salieron bien, esperábamos más de la oficina de Estambul. En todo caso ya veremos cómo reaccionan de ahora en adelante porque ellos venden Israel, Jordania, Marruecos y otros, y podría ser que prefiramos hacerlo con otra compañía.

Nosotros podemos armar nuestros propios tours, de hecho muchas veces lo hacemos,  excepto cuando es crucero; también es normal que sumemos días antes y después de los tours pre-diseñados, pero hay zonas del planeta que es mejor ir con todo armado, como el continente australiano que es tan grande, Perú que es tan incómodo desplazarse, Río de Janeiro que es tan peligroso o el mundo árabe por razones obvias 

También en lugares como en este viaje, que la gente dice que sabe inglés tan solo porque pueden saludar; muy distinto al resto de Europa del Estrecho del Bósforo pa'la izquierda. 

Al llegar al aeropuerto pasamos todos los controles de seguridad sin problema, compramos unas galletillas, y ya estábamos listos para dejar Estambul por segunda vez en este recorrido.

9:00 am. Despegamos

9:20 am. Vamos volando sobre la península de Anatolia. Aparentemente pasaremos sobre Ankara, que es la capital, antes de llegar a Kayseri en la región de Capadocia.

En el camino nos dieron de beber y un sanguche de tomate con queso, que estaba comible, al menos mucho más que los de American Airlines.

10:05 am. Aterrizamos. 

10:35 am. Ya vamos en el carro, otra camioneta Mercedes Benz, también con refrigerador y aguas. 

Aquí no hubo un encargado de "transfer" al hotel, nos recogió la guía personalmente porque empezaremos a visitar lugares muchos antes de llegar a registrarnos al hotel. Contando El Cairo y Estambul ya son tres las guías que nos atienden, solo tuvimos un hombre en Egipto, de Luxor a Aswan. 

Estamos finalmente y sin miedo en Capadocia, o Anatolia Central, territorio turco que tienen frontera con Siria. Una civilización que data de 6000 años antes de Cristo, o sea que si los números no me fallan es como de hace 8000 años +/-.

Son varios los lugares que queremos visitar en este país, y aunque es muy poco probable que alguna vez volvamos a Egipto, salvo que fuera por negocios o de camino a otro lugar, si queremos volver a Turquía; y ya veremos si la vida nos permite conocer Troya, el Monte Ararat donde descansó el Arca de Noé y Efeso que es donde está la casa de San Juan, que usó la Virgen María por 11 años luego de que su hijo murió; también queremos ver Ankara, que es la capital; Antioquía, que fue donde llegaron los primeros cristianos, y ahí fue donde llamaron a Jesús por primera vez: ICXC, que corresponde a su nombre en griego pasado al alfabeto latino: IesouS XristoS, siguiendo la tradición de los ícono griegos, para representar el nombre de Jesús se toman las primeras y últimas letras de su nombre. Así, tomando la primera y última letra de cada palabra formaríamos IS XS. Sin embargo, en el koiné alejandrino y en el griego bizantino el grafema que se usaba para designar la sigma (S) era C. De hecho en el alfabeto cirílico actual, el grafema C tiene valor fonético de S. O sea que yo, Vinicio Jarquín, seguramente sería: VOIN

Hoy aprendimos dos significados del árabe:
Inšallah (ishalá): "Dios quiera"
Mašallah (mashalá): "Dios te proteja"

Fuimos a conocer las "chimeneas", en el Parque Nacional de Göreme, que son formaciones como en forma de Pitufo, y entramos a cuevas que mantienen una temperatura anual de 18 grados aunque afuera haga calor en verano e inviernos de -25 grados. En estas ciudades tienen casas, establos, cocinas, almacenes, iglesias y basílicas; en una de las cuales vimos una pintura de Jesús joven, siendo muchacho, conservada bastante bien gracias a la temperatura interior tan estable y a la carencia absoluta de luz solar que daña los colores. 

Más tarde pasamos a un lugarcito en donde probé el jugo de granada, delicioso aunque un poco "amarroso", sin embargo no tanto como el jugo de marañón. Me compré otra pulsera de ópalo, parecidó al ónix, muy similar a la que me compré en Estambul, pero las bolsas negras son brillantes, no mate; también me atreví a comprar para mi escritorio uno de esos ojos de vidrio que ahuyentan el mal de ojos, y me regalaron otro más pequeño. 

Pasamos luego a un hermoso restaurante para almorzar en la terraza del segundo piso, yo elegí una ensalada de pollo que estaba bastante bien, con vinagre balsámico de granada, y además nos pusieron dos tacitas, una con condimento y otra con aceite, para meter el pan en la primera y luego en la segunda, una excelente idea. La verdad es que la comida en Turquía me gusta mucho más que en Egipto. Claro que son países distintos y diferentes continentes, pero sea como sea son cercanos, ambos con costas en el Mar Mediterráneo. La guía dijo que usarían la mesa de al lado para no importunar, pero le pedimos que nos acompañara junto con el chofer. 

De ahí nos fuimos a Chez Galip, que es la casa de un famoso alfarero cuyo negocio familiar lleva su apellido y ha estado ahí por generaciones. Como siempre que se visita un lugar de estos te ofrecen bebidas y aunque insisten que no es necesario comprar, luego te insisten para vender dando las mejores condiciones. Igual nos sucedió en Egipto en la galería del papiro, en la tienda de aromas, donde el señor que trabaja la piedra y en la tienda de especias, muy normal en esta parte del mundo, aunque no sé si es una práctica de Medio Oriente. 

A las 4:00 pm ya íbamos en carretera para el hotel, para registrarnos y quedarnos ahí, no sin antes detenernos para ver figuras en la carretera, formadas como ya les expliqué, en una ciudad de mucha ayuda social para vivienda, y donde no se ve pobreza extrema o zonas de alto riesgo, así como tampoco se ven casas con rejas o verjas; aunque pintada de los colores oficiales en tono tierra y blanco. Dice la guía que aquí todos tienen casa y carro. 

Llegamos al hotel y "nuestro" carro grande se tiene que estacionar en un punto de encuentro con el vehículo del hotel, que es más pequeño y si puede transitar por las muy angostas callejuelas que llevan hasta las instalaciones; pero decidimos que se llevaran las maletas y nosotros caminaríamos, porque aquí no da miedo, aunque sea Turquía y antes creyéramos lo contrario.

Pasamos junto a casas de familias de bajos recursos, perros, gallinas, calles empedradas y de tierra sin ningún tipo de acera o caño para aguas; torres de madera estibada que usarán para cocinar, y al atravesar un puente pequeño llegamos al hotel que está construido como en una montaña utilizando las cuevas originales con algunos detalles de la época.

Está construido en varios niveles difíciles de cuantificar porque no todos son uno sobre otro, sino que puede haber piso uno y dos, luego dos y medio y tres, y así sucesivamente, pero tiene piscina, restaurante, la recepción por supuesto y terrazas en muchos de estos desniveles, siempre al mejor estilo de cavernas, y con una vista maravillosa de las cuevas abandonadas al frente, y las casas de la localidad inmediata. 

Tenían separada para nosotros una suite especial que solo cuenta con una cama grande. Al vernos la chica de la recepción se apenó mucho y nos iba a cambiar a una de dos camas sencillas, mucho más simple, pero le dijimos a la guía que nos quedaríamos con la primera, entendiendo ella desde el principio, mientras que la chica del hotel terminó sin comprender la situación, tal vez nunca llegó a imaginarlo, de hecho la veíamos preocupada y apenada de hacernos dormir juntos en una misma cama. 

Antes de tomar la decisión le preguntamos a la guía si podríamos tener problema al estar en "el mundo árabe", pero dijo que en lo absoluto. 

Hasta pronto Chitos, mañana continuaremos. 

Vinny

DIARIO DE VIAJE
Viernes 14/10/2016 parte 1
Tour día 12


Destino: Capadocia, Turquía (Asia)
Hotel: Gamirasu Cave Hotel

Ciudad: 

Estamos en Capadocia en Turquía, que aunque en buena teoría es una ciudad segura y nuestro acompañante se cerciora de que no encontremos conflictos bélicos por donde andaremos, estamos a unos 500 kilómetros de Siria aunque un poco más lejos de las zonas de alto riesgo por la guerra civil que vive ese país de árabe de Oriente Próximo, en la costa oriental mediterránea, desde el 2011. 

Siria, que no visitaremos, tiene fronteras con Turquía, donde estamos, además de ser vecinos de Irak, Israel, Jordania y el Líbano, y desde donde se puede ver la Isla de Chipre. 

Tour: 

Hoy haremos un tour privado en la ciudad de Capadocia, junto a nuestros dos muchachos, también iremos al "Devrent Valley", daremos un paseo a través de este paisaje lunar donde las diferentes formaciones rocosas se pueden ver. Al ver los mejores ejemplos de las chimeneas de hadas en Valle de Pasabağ Hada chimeneas, nos dirigimos más a Avanos Town, que es famoso con talleres de azulejos y cerámica. Después del almuerzo nuestra siguiente parada es Goreme museo al aire libre donde podremos disfrutar de las fantásticas iglesias de piedra y hermosos frescos de varios siglos que decoran las paredes de los santuarios.

El Museo al Aire Libre de Goreme se asemeja a un complejo monástico compuesto por  decenas de monasterios colocados lado a lado, cada uno con su propia iglesia. Esta ubicado justo al centro de la región, con fácil acceso desde todas las direcciones. A tan sólo 15 minutos a pie (1,5 km, 1 milla) del pueblo de Goreme. El museo ofrece la mejor de las iglesias excavada en la roca, con hermosos frescos (pinturas murales), cuyos colores aún conservan la frescura original. También se observan ejemplos únicos de arquitectura rupestre y tipos de  fresco. El Museo al aire libre es parte de la lista de Patrimonio Mundial de la UNESCO desde 1984, y fue uno de los dos primeros sitios que fue incluido en la lista de todo Turquía.

El área cubierta por este museo al aire libre constituye una unidad geográfica coherente representante de la histórica. Hay once refectorios en el Museo, las  mesas y bancos excavados en la roca. Cada refectorio se asocia con una iglesia. La mayoría de las iglesias del Museo al aire libre pertenecen a los siglos X, XI y XII.
A continuación, nos dirigimos a la Castle Rock Uchisar, que es el más alto y el punto más dominante, que nos da un panorama impresionante. Terminamos el día visitando Esentepe Windy Hill para una vista panorámica y tomar fotos.

Diario de viaje:

Ayer llegamos a Capadocia y ya hicimos varias interesantes visitas a este lugar mágico y singular. 

Nuestro hotel es hermoso, construido en la montaña y aprovechando las cuevas para las habitaciones y diferentes áreas de las instalaciones. Nuestra suite está como a la altura de dos pisos y medio, a partir de unas gradas muy cerca de la piscina,  con una puerta de madera de hace 500 años que da acceso a una pequeña sala de un sillón ancho, como esos que usaban los sultanes (de las películas) para tirarse a no hacer nada o para dar audiencia a sus súbditos o ministros, como se ven en las películas de las Mil y una Noches, que además tienen como diez cojines de varios tamaños. Una mesa donde está la máquina del café con tazas y platos, copas, frutas y la botella de vino que nos habían ofrecido, además de una banca fija en la pared del frente, chimenea, aire acondicionado y televisor.

Se pasa al dormitorio que es obviamente es una caverna de hace miles de años, con luces y decoración interesante, lámparas de mesa de noche que salen de pequeños cuevitas a ambos lados de la cama, un calentador eléctrico, refrigerador y un puf, y por supuesto una cama grande cubierta por un edredón muy pequeño. El baño es grande con hermosas llaves para las aguas, jacuzzi para dos personas, ducha e inodoro con chorrito de agua para lavarse las cositas, también con muchas luces que funcionan separadamente para poder controlar diferentes ambientes. Los productos de tocador tienen buen olor y todas las toallas están bordadas. La salita y el dormitorio están decoradas con alfombras turcas, tal vez no de seda o de la mejor calidad de las hechas a mano, pero se ve muy bonito y local. 

Añoche decidimos no salir del hotel porque nada queda cerca, y cenar aquí sin saber las complicaciones que esto nos traería en Turquía con meseros que no hablan inglés. Fue difícil explicarle que la pasta Napolitana sí debería traer tomate y no como él decía: "no tomato" cada vez que le explicábamos. Finalmente los platos llegaron bien y la comida estaba rica, como todas las que hemos hecho en este país, y a diferencia de algunas (casi la mayoría) de Egipto. 

Nos acostamos a las 10:00 de la noche ya que hoy teníamos que levantarnos a las 3:45 am porque nos recogen a las 5:15 para ir a hacer el paseo en globo, con el temor de que fueran cancelados como sucede con regularidad este tipo de tours que dependen mucho de la fuerza  de los vientos. Una vez nos cancelaron uno que teníamos reservado en New México en el Southwest de los Estados Unidos, aunque en esa oportunidad nos alegró porque Luis Fer había amanecido enfermo y de todos modos no iríamos, pero nos devolvieron el dinero. Años después lo hicimos en Orlando, aunque ese no fue tan emocionante porque no viajaba. 

Nos tomamos un  café con un queque de chocolate que Luis Fer había rescatado de la bolsa de desayuno que nos habían dado en Estambul cuando volábamos hacia acá por salir tan temprano; además de medio banano cada uno.

Un chico nos recogió puntual en el hotel. Supongo que hablaría turco, pero no lo sé porque no nos habló nada mientras conducía un pick up por las calles rurales y secundarias de Capadocia, antes del amanecer y sin toparnos ningún carro por casi media hora. Llegamos luego a las instalaciones de la empresa de globos, pasamos a registrarnos y luego a una sala con mucha gente que esperaba instrucciones, como nosotros, mientras podían desayunar de lo que estaba disponible de panadería, frutas, café, té y jugos. Luis Fer se tomó algo pero yo no quería molestar mi estómago que podría resentirse por el desorden de las horas de comida, sumado a que tenemos semanas de estarle echando aceites distintos, condimentos raros y cuanta suerte de comidas nuevas y diferentes, incluyendo dátiles frescos en dos variedades. 

De pronto alguien vino a dar instrucciones en turco e inglés. Todos teníamos que salir y dirigirnos a la microbús que tuviera en el parabrisas el mismo nombre del piloto que aparecía en nuestra boleta de registro, y así lo hicimos. Nuestra grupo era de 12 personas, y salieron al menos seis microbuses con igual número de turistas hacia una zona en donde luego vimos que despegan varias empresas.

Llegamos a una gran propiedad de pasto salvaje seco, como un "charral". Cada microbús se dirigió a un globo en donde ya varias personas estaban trabajando por inflarlo. Ahí estaba nuestro piloto supervisando la operación de su globo, como supongo que hacen todos o cada uno.

Desde ese momento empezó la magia, estando en el medio de la nada cuando el sol todavía no iluminaba y ver cómo llenaban de aire caliente los globos, alumbrándolos por dentro con llamas; el paisaje oscuro se veía hermoso cuando se "encendía" un globo por aquí y otro por allá, y así decenas que se estaban preparando para volar sobre Capadocia. 

El despegue fue sumamente suave, no se siente nada hasta notar que empieza a subir. Los vientos eran  favorables de manera tal que el piloto controlaba todo con facilidad. 

Disfrutábamos ver todas las maravillosas edificaciones antiguas, así como las esculturas de ceniza moldeadas o talladas por la naturaleza, tomando muchas fotos hacia abajo para tener otra perspectiva de lo que ya conocimos y lo que veremos más tarde, y muchas fotos a los lados para ver los otros globos y el amanecer que empezaba a suceder; pero también pudimos ver hacia arriba, por dentro del globo. 

Era una mañana fría a muy pocos grados de temperatura, pero gracias al fuego que mantiene caliente el aire que infla el globo, nosotros también nos calentábamos un poco, suficiente para no congelarnos. 

Las canastas del globo están divididas en tres secciones, dos para turistas y una para el piloto y sus tanques de combustible similares a barriles metálicos para cerveza. El piloto o capitán estaba a mi lado, y cuando le dije que alimentara el fuego para calentarme, no me entendió, quitó las manos de las llaves de combustible y me dijo: "sí puede, pero solo una vez".  Cuando entendí que me estaba permitiendo "dar gas", le dije: "una no, dos", y alimenté el globo para seguir volando.

Cuando estábamos haciendo el registro en la oficina , vi a uno de los choferes llevar un ramo de flores, pero no sabía para qué era ni me importaba; pero al subirnos a la canasta las vi otra vez a los pies del piloto. Como no habíamos despegado llame al chofer de nuestra microbús para preguntarle en secreto. Muy lindo y muy amable acercó su cara frente a la mía, muy cerquita y con una hermosa sonrisa turca (como todos aquí), me hizo cómplice mientras me decía: "kutupu purutu nurutu majoty", y se sonrió. 

Igual que ustedes no entendí nada, pero no soy estúpido y sabía que dos cosas eran muy ciertas: 1. No eran para mí, y 2. Algo sucedería en vuelo, y así fue más o menos a medio camino, una media hora después de despegar. 

En la otra sección de la canasta venía una pareja joven de colombianos, con los que ya habíamos hablado un poco en vuelo, obviamente disfrutando del uso del español, y principalmente con chicos de esa nacionalidad que son tan queridos para nosotros los ticos.

Como soy tan "chepa" (curioso) me di cuenta cuando el chico sacó de su bolsillo lo que parecía ser un estuche o cajita para anillos, y ¡claro!, si 2+2=4, era obvio que estábamos por ser testigos de una propuesta matrimonial. 

Mientras tanto el Capitan, valeroso y confiado..., ¡ah no, eso es de la Isla de Guilligan, me dejé llevar.  Mientras tanto El Capitán a escondidas le entregó las flores al chico, y este me dio su teléfono desbloqueado. Por dicha era un iPhone que sé operar bien, soy un ignorante en la marca Samsung y otros aparatos llamados inteligentes. 

Ya todo estaba listo, pero yo no conocía detalles y por supuesto no sabía qué hacer, qué decir o qué grabar, Luis Fer estaba tomando fotos para otro lado, entonces llamé su atención para esta sección y empezó a tomar otras por aquí. "Que no", le dije, aquí algo va a pasar, y se alistó para tomar la foto, que al final terminó siendo la mejor de todas.

El le dijo a ella: "Mi amor vea allá" refiriéndose a un pick up, obviamente en tierra, de donde habían bajado unos chicos de la empresa de globos, que sostenían una manta grande que decía: "¿Te quieres casar conmigo?"  Luis Fer tomaba fotos, yo hacía vídeo a dos cámaras, el chofer sonreía en complicidad, el mae abría la cajita y le entregaba el anillo mientras le pedía matrimonio; ella lloraba,  él lloraba, yo lloraba igual que Luis Fer y el capitán... No mentiras, otra vez me dejé llevar, solo ella lloraba. 

Ella dijo que sí, él le puso el anillo y Luis Fer tomó la mejor foto que llegarán a tener con globos capturados detrás de ellos. Se dieron un beso y podíamos escuchar como gritaban de alegría los chicos en tierra. 

Nos fuimos para arriba hasta alcanzar poco más de 6000 pies de altura, y luego suavemente empezar a volver a tierra, para lograr aterrizar la canasta justo en una carreta de transporte que estaba conectada a un carro, y guardar todo el equipo.

Nos dijeron que para aterrizar tendríamos que agacharnos en la canasta porque al pegar podría quedarse brincando y eso evitaría que nos saliéramos, pero poco antes de tocar tierra El Capitán dijo que por los vientos de hoy no sería necesario. Fue un aterrizaje maravilloso en la carreta. 

En tierra nos tomamos fotos, nos dieron un certificado, aunque no sé si de participación o como sobrevivientes de los globos, champagne y queque. Entiendo que el licor siempre lo dan, pero no sé si el pastel era parte del paquete o fue por los novios.  

Uno de los guías preguntó quién era Luis Fernando y Binikio, al identificarnos con él nos dijo que nuestro hotel estaba al otro lado de esa colina, que podíamos irnos. Fue muy divertido. Yo le dije a una chavala: "¡Cómo, dónde quedó aquello de -tour de lujo-", obviamente era broma; todos se fueron en la microbús y nosotros nos fuimos con el piloto en un carro, hasta llevarnos al hotel.

Estos galanes ticos se lucieron a miles de pies de altura es su hermoso estado natural, o como se dice por ahí: "añejos", así que al llegar al hotel desayunamos bien y nos bañamos para volver a salir. 

Este hotel es hermoso y diferente, como usualmente escogemos, mientras sea posible por situación geográfica y los recursos del momento. Es que para nosotros el hotel es parte importante de la experiencia; el servicio esmerado y de primer nivel, así como los carros y el chofer. 

Nos gustan esos hoteles de los que no hay que salir corriendo, sino que se puede recorrer en busca de esquinitas bonitas, salas cómodas y por supuesto una habitación que enamore. Hoy por hoy muchos de nuestros recuerdos de ciudades están ligados a los hoteles, a los que recordamos con gusto y a los muy incómodos o de no tan bien nivel. Aunque no lo crean muchas veces cuando el itinerario en una ciudad es muy apretado, lamentamos no tener tiempo para disfrutar el hotel. Quienes nos ha seguido en varios viajes saben que siempre hacemos una primera publicación con las fotos de la habitación. 

Sigamos con el Diario de Viaje, que ya llevamos rato y falta todo el día, es que hoy empezamos temprano. 

La chica que nos ayuda y nos muestra la ciudad vino por nosotros a la hora acordada y nos fuimos para "Kaymakly", la cuidad subterránea de 14 pisos donde vivían unas 5000 personas bajo tierras, en instalaciones con capacidad para 30.000, aunque como dije antes, también encontraron ciudades de 20 pisos bajo la tierra. 

Estas casas construidas 60 siglos antes de Jesús recibieron el cristianismo doscientos años después de Cristo. Las medidas de seguridad empleadas lograron que nunca fueran conquistados por ningún pueblo invasor, y sus construcciones permiten que por ductos el aire llegue 27 metros para abajo del nivel de la tierra. 

Le pregunté a la guía el costo aproximado de cada globo y me dijo que anda cerca de medio millón de dólares cada uno, más la carreta, más el camión que remolca a cada uno + guías, choferes, armadores y pilotos, todo esto multiplicado por la cantidad de globos, que supongo que esta empresa tendrá más de diez, es una inversión impresionante. 

En el camino paramos para ver los palomares y tomarnos un café turco, en donde aproveche para comprar una semillas, o como semillas secas, de: garbanzos, moras secas y de damasco o durazno. 

Los palomares son cuevas del mismo tipo de las que hemos estado hablando y viendo en las fotos, pero con las puertas tapadas dejando agujeros para que las palomas entren a dormir y dejar su excremento, el que recogen unas pocas veces al año para utilizarlo como fertilizante de algunas plantas en particular.  

Pasamos por "Uchisar" que es donde está la mayor cantidad de hoteles en cuevas, aunque no el de nosotros y no estoy seguro que sean mejores, además de que algunos habitantes de la ciudad todavía las usan como hogar.

Continuará...


DIARIO DE VIAJE
Viernes 14/10/2016 parte 2
Tour día 12


Destino: Capadocia, Turquía (Asia)
Hotel: Gamirasu Cave Hote

Hoy vimos "Las Chimeneas de las Hadas" que son edificaciones naturales en ceniza volcánica y lava, verticales cónicas con una cabeza encima.  Todo se había llenado de ceniza tras la erupción de dos volcanes, como ya les comenté, y que luego fueron cubiertas por la lava de un tercero. Con el paso de millones de años, agua y viento, la ceniza se fue gastando dando esta forma, y la lava continuaba encima porque es más difícil de gastar, dando estás imágenes monumentales, o bien como de otro planeta; comparado tal vez con el Valle de los Monumentos en Utah en Estados Unidos, que si me preguntan es como si ahí hubiera filmado "El Correcaminos".

Fuimos luego a la fábrica de alfombras en donde la historia fue igual que cuando visitamos la tienda de aromas, de cerámica, a los alfareros o el negocio de especias; ellos aseguran que la explicación obedece a la amabilidad turca y que no estamos obligados a comprar, pero es difícil renunciar o librarse de esa insistencia sin comprar algo. De hecho en todas las anteriores salimos con alguna cosita, dichosamente aquí no compramos nada porque son grandes y pesadas, y aunque ofrezcan enviarlas a la casa por un monto fijo, de todos modos la mayoría tenía un valor de miles de euros. 

Nos dieron una explicación del procedimiento que hacía una chica y nos guiaron para que nosotros también hiciéramos algunos de los nudos necesarios que llevan estas alfombras confeccionadas a mano, en lana, seda y otros materiales; así como nos explicaron el procedimiento para extraer la seda de los capullos de las mariposas y hasta me traje uno. Después nos hicieron una demostración de sus mejores trabajos en un salón grande en donde cuatro hombres iban poniendo una y otro y otra, con el fin de enseñarlas, pero tratando de vender sus productos, que como dije antes, no compramos.

En medio de toda esta explicación nos ofrecieron toda suerte de bebidas, según ellos como parte de la hospitalidad turca, pero no quisimos nada porque dentro de nuestros estándares eso nos obliga un poco más a la compra o nos compromete, y tal vez ellos ya conocen cómo funcionamos los occidentales.

Al salir de ahí no comentamos nada con la guía. Es muy probable que los guías ganen comisión por lo que sus clientes compren, y está bien porque de todos modos nosotros tendríamos el mismo precio, y es justo que el guía se redondee un poco; pero ella no tocó el tema ni nosotros tampoco.

Fuimos a almorzar en el pueblo, en la terraza del piso tres de una construcción. Muy bonito, preciosa vista, buena comida y con una formidable atención. Comimos berenjena, res, papas con menta y una salsa de tomate para poner en el pan que estaba simplemente celestial.

Seguimos un poco el recorrido, volvimos a ver las Chimeneas de las Hadas y otras estructuras de estas que se han ido formando naturalmente con el paso de los milenios y muchas más fotografías, incluso en lugares que ya habíamos fotografiado antes.

Fuimos a la fortaleza, o al mirador desde donde se ve lo que fue un gran castillo romano del siglo IV, construido para protección del pueblo en aquellos años de invasores y conquistadores, y desde donde se puede ver gran parte de la ciudad y las cuevas, muchas de ellas todavía habitadas.

El chofer nos dejó en el lugar acostumbrado a unos trescientos metros del hotel, pero esta vez tampoco quisimos que vinieran a recogernos, caminamos con la guía entre callecitas y callejones, un puente viejo que amenaza con caerse, y casas de familias de pocos recursos, polvorientas o arenosas, con madera estibada afuera para ser usada eventualmente en sus cocinas o chimeneas. La guía caminó con nosotros porque tenía que organizar con el hotel nuestra salida del día siguiente y algunos detalles que le corresponden a ella en su condición de responsable por nosotros.

Esta noche el hotel sirvió como lugar de Luna de Miel de unos novios locales. Nos gustó ver la novia subir las gradas y luego a él, principalmente porque fue un día romántico luego de lo sucedido en el globo. Claro que si me preguntan si la novia se veía hermosa tendré que confesar que no es cierto eso de que "No hay muerto malo ni novia fea", rompió la regla. Punto.

Nos tomamos un café en una de las terrazas, caminamos por el hotel, hicimos maletas y nos comimos algunos dulcesitos que habíamos comprado en Estambul, y ya estábamos listos para bajar a cenar ahí mismo, en donde otra vez nos encontraríamos con la complicación de hacer alteraciones a los platos del menú, con meseros que no hablan ninguna lengua más que turco, pero había que tratar.

Yo pedí la pasta Napolitana, sin tomate, pero con ajo, aceite y perejil, Luis Fer si pidió un plato tal cual se mostraba en el menú, así que aparentemente no tendría problema. Fue muy complicado explicarle a este chico lo que yo quería comer. Cuando trataba de explicarle me interrumpía para repetir lo que según él había entendido, tenía que decirle: "espere... oiga".

Le señalé el menú donde decía la Pasta Napolitana, y le dije: "no tomato, sí ajo, sí perejil", y parecía haber entendido luego de que se lo dije varias veces y lo repetía mal y decía haberlo comprendido. En fin, llegó la comida: "pasta en aceite"; nada de ajo ni perejil o sal que le diera sabor; y la de Luis Fer sin tomate. Por supuesto que me enfureció, pero no podía hacer mucho porque era "mi meserito querido", el que se había tomado fotos con nosotros el día que llegamos y que nos había atendido con cariño la noche anterior, y cuando incluso lo había llamado para hacernos una foto 360 que luego le enseñe y le emocionó mucho.

Como vino otro chico a dejar los platos le pedimos que trajera salsa (para agregarle a la de Luis Fer) y queso (para la mía), y así lograr nosotros mismos darle sabor a nuestra comida, sin mayores incidentes.

Este otro muchacho trajo lo que le pedimos, pero le colocó a él lo mío, y a mi lo suyo; eso fue suficiente para que yo perdiera la paciencia. Le dije fuerte y obviamente en inglés porque mi turco se limita a mover la cabeza para decir sí o no: "ya estuvo bueno, el queso es mío y las salsa de él"; lo puso como debería y se fue.

Por un momento se nos olvidó que estábamos en Turquía, y la verdad no sé cómo porque el problema de idioma solo lo hemos tenido en esta parte del mundo, ¡Bueno! y en Egipto; y es que en estos dos países, y no sé en cuantos más cerquita de aquí, los clientes son apreciados, y no solo por su condición de compradores o como turistas que hay que cuidar, sino que son considerados huéspedes y como tal hay que hacerlos sentir bien y honrarlos.

En otra parte del mundo el chico que nos atendió de primero se hubiera escondido para no darnos la cara o para que no supiéramos su nombre, pero aquí no, vino a la mesa a tratar de que sus "huéspedes" se sintieran mejor. Me ofreció regalarme una ensalada, y muy hábilmente me ofreció la misma que yo había comido la noche anterior y que él sabía que me gustaba. Y sí me gustaba a pesar de que era de pepino con tomate y a mi no me gusta el pepino, pero era sin semillas y quizá de una variedad distinta.

Le dije que sí a la ensalada porque aunque ya estaba satisfecho sabía que era importante para él y yo entendía que el problema como la comida fue por su desconocimiento del inglés y que eso no sería culpa de él; además si lo acusábamos podrían despedirlo y no queríamos que eso sucediera, y mucho menos en un lugar en el que el turismo se fue y le costaría conseguir trabajo.

Trajo la ensalada y me ofreció vino de cortesía; pero ahora sí no podía complacerlo porque ya estaba satisfecho de todo, ya habíamos terminado y solo queríamos ir a dormir luego de un largo y asoleado día. El continuaba insistiendo y yo me mantenía firme en que ya no quería, agradeciéndole por supuesto. Lamentablemente mi negación le estaba dando a entender, sin que yo lo supiera, que no lo perdonaba por el error cometido al tomar la orden de la comida, y su cara se veía como cuando un hombre está a punto de llorar.

Terminamos de cenar y pagamos la cuenta mientras él estaba de pie, con su cara de angustia, a dos metros de la mesa, como en la espalda de Luis Fer pero viéndome de frente. Nos levantamos, le di la vuelta a la mesa y al llegar frente a él le agradecí la cena y las cortesías y le extendí la mano; lo que fue suficiente para darle a entender: "estás perdonado". Me jaló hacía él y me dio un abrazo poniendo su barbilla en mi hombro derecho, luego pasó la cara e hizo lo mismo en el izquierdo, y finalmente con Luis Fer. ¡Fue hermoso! porque he visto a muchos hombres árabes abrazarse y besarse en la calle, y así como estuve orando en la mezquita días atrás, quería poder hacer eso con alguien que "me aceptara" dentro de su cultura, y principalmente porque los "selfies" de Egipto me hicieron sentir "reconocido", pero como si fuera distinto o de otro mundo.

Capadocia

Suave pero constante, el sol que ilumina Capadocia se va perdiendo en el horizonte, para hacernos saber que tanto el día como nuestra visita, están a punto de acabar. Ese mismo sol al que nosotros le dimos la bienvenida está mañana mientras volábamos en uno de los muchos globos que engalanaban la ciudad, como esos que usamos cuando tenemos fiesta y queremos dar alegría y felicidad. 

Eso es lo que hemos sentido al estar aquí en esta ciudad turca; en un país muy cercano a las naciones conflictivas del planeta y mientras viven una situación gubernamental tal vez algo inestable; pero aquí vinimos protegidos por aquel en quien hemos confiado y quien cuida nuestros pasos hoy, como ayer y mañana, y que nos ha llevado a estar en los cinco continentes habitados del planeta.

Geográficamente empezamos el regreso a casa el día de mañana porque estaremos volando para acercarnos a América, pero todavía nos resta un día en Estambul, para volar a sentir la calidez de su gente, casi como tan amorosos son los egipcios; tenemos que ir a Madrid, como casi siempre que venimos a Europa, para disfrutar su comida y su gente y darnos una escapadita y conocer Toledo en España. 

Esto todavía no es un resumen de viaje, es la partida de Capadocia, pero igual quiero anotar, para recordar, lo que sentí al ser tratado como un príncipe en las calles egipcias en donde varios me pidieran tomarse fotos conmigo, la energía que sentí en las pirámides, la regañada que me dio la vida en el aeropuerto de El Cairo, y la revelación de mi esencia, que tuve mientras navegaba de noche por el Río Nilo. He sentido en este viaje justo lo que mi amiga Sara piensa de mí.

Por ahora... a ponerme al día con el Diario de Viaje que muchos quieren leer, pero no sin antes agradecerle a todos los que nos siguen, que hacen que nos sintamos conectados a casa, estemos donde estemos.

Bye Chitos.



DIARIO DE VIAJE
Sábado 15/10/2016


Destino: Capadocia, Turquía (Asia) - Estambul, Turquía (Europa)
Hotel: ***

Una mañana normal de Viaje, sea lo que sea que signifique "normal", porque estamos en Capadocia en Anatolia Central en la parte asiática de Turquía. Nos levantamos temprano, pero no tan "a la carrera" como otros días, porque hoy nuestro vuelo no es muy temprano. Esta mañana, después del desayuno, volamos de Capadocia a Estambul, ambos en Turquía, pero la primera en la parte asiática y la segunda en Europa.

Desayunamos en el hotel, por supuesto, porque este lugar está en el medio de un barrio de pocos recursos, antiguo o en el campo, no lo sé porque aquí cuesta diferenciar estas tres clasificaciones. Aunque la guía dice que aquí no hay pobreza por la ayuda social, pero la de El Cairo también decía que ellos tampoco tenían, pero la impresión de la ciudad y sus caseríos es completamente distinta.

El chico del hotel encargado de llevarnos en carro hasta encontrarnos con nuestro chofer a unos 300 metros, fue el mismo del incidente de anoche, que supongo recordarán. Ya estaba trabajando a pesar de ser la última persona que vimos anoche, y hoy empezó temprano. Es de suponer que en esta parte del mundo la gente no se baña todos los días necesariamente, aunque la guía de El Cairo diga que si, tampoco creo que laven esas ropas muy a menudo, aunque el guía de Luxor diga que lo hacen cada dos puestas. Sin embargo este muchacho huele rico siempre, al menos en las cuatro oportunidades que lo he tenido cerca, porque aunque todos son simpáticos, él ha sido el más. El día que llegamos quiso tomarse fotos con nosotros, otra noche le pedí que se acercara para tomarnos una foto 360 que luego le enseñé, anoche nos dio abrazos de ambos lados a cada uno y otra vez al despedirse. 

Hoy nos llevó a nuestro carro que como recordarán no puede entrar por el tamaño, que llegó diez minutos antes, pero 2 después de nosotros. Montó nuestras maletas  y recorrimos esos metros de cuestas y curvas, hasta llegar a donde estaba nuestro carro y chofer junto con Ismael que es el chico que había sido encargado de acompañarnos esta mañana y hacer los trámites necesarios para volar tranquilos, un turco de nacimiento, que habla le idioma local, inglés, portugués y español, por lo tanto no hubo problemas de comunicación, y nos ayudó en el aeropuerto, luego de pasar los puestos de seguridad correspondientes, inspección de maletas, arcos, visión manual de se necesario y por supuesto antes de entrar a las instalaciones, por unos doscientos metros, capease vallas para tener que entrar en zigzag, me imagino que si alguien intenta seguir recto se lo pegan antes de llegar. 

Ayer logré abrazarme con un árabe, o turco o musulmán o lo que sea o como querámos llamarlo, con un hombre de esta parte del mundo; y el tema no era si tenía belleza física o no, era una cuestión de sentirme dentro de la cultura; pero aunque ayer completé un "check" todavía me quedaba un faltante que logré terminar hoy.

Bajó nuestras maletas y se las entregó a nuestro chofer. Jaló a Luis Fer para el par de abrazos y luego lo hizo conmigo, dándome un beso en el primero y recibiendo uno mío en el segundo. ¿Cómo es él?, su apariencia física no es importante porque aunque recuerdo que era bonito, lo significativo es que me dejó "entrar" a este mundo y me hizo vivir localmente, aunque fuera por un segundo. Pero no importa porque para mi un segundo es rescatable, principalmente porque me gusta vivir el momento y armar una vida de recuerdos maravillosos; pero eso es otro tema que podemos hablar cuando escriba un libro de mi vida.

Tardamos poco más de una hora para llegar al aeropuerto de Kayserí, pasamos el zigzagueante puesto de seguridad antes de ingresar a las instalaciones del aeropuerto, la revisión de explosivos a cargo de los perros controlados por el ejercito y el arco de seguridad que nos daba acceso del edificio, y antes de pasar el segundo puesto que nos permitiría entrar a la sala de abordaje de un vuelo doméstico.

Era complicado mantener el orden de las filas porque muchas personas simplemente se meten donde quieren. Están sentados en una sala y cuando la puerta se abre se pasan delante de todos para entrar de primeros. Lo más interesante es que a los que sí estaban en fila no parece importarles; todos viven felices. Para bien o para mal nada de esto es a lo que estoy acostumbrado porque yo nunca me "colo" o me meto en una fila o "cola", así como tampoco permito que los "colados" o buchones lleguen a meterse en la fila; por mi y por los que están detrás de mi. Justifico mis acciones pensando es que es un tema de justicia, pero tal vez podría dejar de pensar así y manejarlo como un tema de paz, y logre vivir un poco menos estresado cuando estas situaciones se dan; pero mientras llego a lograrlo, no dejaré que nadie se me "cole", aunque sean turcos en Turquía.

Gran presencia de policías, militares y perros, en un país que la gente casi no roba, pero su temor es del aquel que podría venir a matar en masa. 

En Turquía se ve un país desarrollado y se siente así; la gente educada, amable, sumamente sonriente, y honrada; aunque cuando se trata de hacer fila se le olvida. No respetan quien está adelante de ellos para pasarle, ya sea caminando o en la carretera, pero a nadie parece importarle, ni siquiera a quien le quitaron el campo.

Cuando estaban revisando pases de abordaje para recorrer la pista y abordar, nos acercamos y un chico de la aerolínea y nos dijo que todavía no, entonces nos pasamos de fila y su compañero nos digo algo en turco, le pedí que me hablara en inglés, y como no sabía nos dio paso y subimos al avión. 

Ya estábamos a punto de despegar, el personal estaba sentado, el avión ya estaba recorriendo la pista de despegue asignada y aumentaba su velocidad para dejar tierra, cuando se escuchó un cinturón de seguridad que se abría. La azafata le gritaba en inglés que se sentara, pero estoy casi seguro que esa mujer muy mayor, gruesa y vestida con un traje muy extraño de colores y pañuelo en la cabeza, no entendía lo que le decían porque debe ser de Uzbekistán o alguna de esas naciones. El avión seguía acelerando y despegó la llanta justo en el momento en que la señora ya venía de recoger su cartera de otro sillón; o sea que despegó sin cinturón puesto, pero nada pasó. Pudo haberse golpeado, o caer encima de alguien y lastimarlo; y en ese momento crucial del despegue el personal debe salvaguardar primero su vida para poder ayudar,  muy bien que no se levantara. Nosotros sentados en la fila de emergencia siendo testigos de todo este incidente.

11:50 am. Despegamos en este vuelo de 1:10 horas de duración. 

12:00 md. 624 kms por hora, 10918 metros de altura sobre territorio Turco; volando al noroeste al parecer pasaremos sobre Ankara (La capital). 

12:35 pm. Hemos cambiado el rumbo, vamos hacia el oeste, tocaremos tierra en pocos minutos. 

Al salir esta mañana dije que Dios tendría el control del espacio aéreo turco, o sea que Nada malo podría pasarnos, y en vuelo por la ventana vi en las nubes la sombra de nuestro avión, con un halo de colores, tal vez el sol, pero justo sobre el avión. Era la respuesta de Dios. 

01:30 pm. En tierra con el mismo carro y el mismo chofer, aunque no el mismo muchacho "transfer" de la vez anterior; pero si al mismo hotel donde dejamos una maleta guardada. 

Este "chico transfer" es el peor que hemos tenido en estas semanas y por estas ciudades; no nos ayudó con las maletas, caminaba delante de nosotros hasta llegar al carro. El chofer tuvo que ofrecernos agua, aunque es trabajo del chico. En el camino al hotel no nos dio ninguna información, y cuando tenía que preguntarle algo el muchacho no escuchaba y era el chofer quien respondía; preguntamos al chofer si era él quien estaba asignado a nosotros mañana, y como sí lo era, nos bajamos y entramos al hotel sin dar propina, ya nos pondremos al día con el chofer mañana. 

Una vez en la acera tenemos que subir las gradas del hotel sin rampas de acceso para las maletas, porque aquí no existen esas consideraciones ni una ley parecida a la 7600. Pasamos la puerta giratoria, caminamos otro poco y nos encontramos con otras gradas en las mismas condiciones, caminar más hasta llegar al tercer grupito, pero estas con una rampilla escuálida y pronunciada. 

Registrándonos le dije al chico que deberían poner rampas de acceso o un personal eficiente te en la puerta; se sorprendió que no nos hubieran ayudado y se fue a hablarles. Vinieron rápido, según ellos para ayudarnos con las maletas a la habitación, pero les dijimos que no, porque ya estábamos en el mismo nivel del ascensor, y no le daríamos propina solo por jalarlas.

Estando ahí en recepción, ante nuestra molestia por un mal servicio del hotel, y tomando en cuenta que estamos en una cultura que honra a su visitante, nos dieron un ascenso en nuestra habitación, colocándonos en una mucho mejor, con dos baños y sala privada aparte del dormitorio. Fue perfecta para re-hacer las maletas junto con la que habíamos dejado guardada, para volar a España. 

Usualmente se da propina por estos servicios de botones, aquí mucho más que en otros países que conozco, aunque Egipto gana en pedidera. Nosotros habíamos déjalo guardada una maleta antes de ir a Capadocia, porque sabíamos que regresaríamos al mismo hotel, bajamos a recepción y les dijimos: "vamos a salir, este es el tiquete de la maleta que tenemos guardada, por favor envíela a nuestra habitación mientras no estamos", eso es un servicio normal de cualquier buen hotel, pero aquí da pena no pagar por eso, pero finalmente ya se ha pagado, y la negociación que la empresa tenga con sus empleados no debería ser del interés de los clientes; como en Egipto que dicen que los de turismo solo ganan lo que reciben de propina. 

¡Esos maravillosos errores! Teníamos que cruzar la bahía (a la izquierda) para ir a turistear solos, pero nos confundimos y cruzamos hacia arriba, o sea el Estrecho del Bósforo; o sea que llegamos a Asia; ¡ups!, nos devolvimos a Europa.

Caminamos por varias partes y usamos dos tipos diferentes de transporte público, el Metro y el Tramp, teniendo que comprar tarjetas diferentes para cada uno; como en muchas otras ciudades, no tuvimos problemas para llegar a donde queríamos ir, salvo que antes de lograrlo pasamos de continente y que al final quedamos con algunas tarjetas que compramos equivocadas, pero las regalamos a quienes podrían necesitar usas esos servicios. 

Estando dentro de la estación del Metro, en donde se conecta con otras estaciones y otras líneas de transporte, como en un tercer o cuarto piso bajo la tierra, pensé que hemos andado turisteando por este país y por Egipto, por zonas bonitas y tal vez selectas o de visitantes, y que nunca se ha escuchado que alguien ponga una bomba o haga un atentado terrorista junto a un lago o en un maizal; pero el Metro de Estambul en Turquía, es otra historia. Y es que no dejan que olvidemos el riesgo porque tienen arcos de seguridad en cada entrada o conexión de una línea con otra, con varios policías que detienen a algunas personas para revisarles el maletín; dichosamente a nosotros no nos registraron manualmente, tal vez por la apariencia de turistas.

Es fácil reconocernos como turistas en esta ciudad, porque la gente usa ropa más ajustada que nuestra selección para viajes, además de las cámaras y por supuesto los colores elegidos.  Nosotros andamos amarillo, anaranjado, verde manzana subido y otros, ellos usan mucho gris, azul oscuro, negro y café; ¡muy aburrido!. 

En el recorrido de hoy salimos de Estambul en Europa, caminamos a la estación del Tramp, cruzamos el Estrecho del Bósforo y llegamos a Estambul en Asia, volvimos a tomar el Tramp y regresamos a Estambul en Europa, y cambiamos al metro para cruzar la bahía. Fue toda una aventura y conocimos calles que no habíamos visto. Estando ahí, cerca de la zona de Galata, tuve un "Senior moment", compré una pulsera de hombre para un regalo, el mae me preguntó si era para mi hijo. Pensé: "es para un hombre, claro que no es para mi hijo", pero luego caí en cuenta que yo podría tener un hijo de 30 años. ¡Ups!

Nos compramos un café para llevar, seguimos caminando por la ciudad, regresamos al hotel, cenamos ahí, cruzamos la calle para comprar unos dulces, yo fui un rato al SPA, hicimos maletas y listos para viajar mañana a España. 

En la noche vimos que no teníamos suficiente agua para el café de la mañana, la sed y para lavarnos los dientes, entonces bajé a pedir en recepción y el chavalo me dijo que pidiera en el restaurante. Le pregunté si tenía que pagarla y me dijo: "si le dan sí, sino no", ¡ok!  

Fui dónde los chicos de la cafetería y se las pedí, me preguntaron si habían dejado en la habitación esta mañana, claro que le dije que si, pero que necesitábamos dos más, y me dijo: "¡Claro!, normalmente tienen un precio, pero esta vez, por su preciosa sonrisa no hay costo". Qué belleza de cumplido!

Cerca de las 10 de la noche fuimos a la acera, como para despedirnos de Estambul que tanto nos ha gustado, y vimos como el chico de la tienda de al lado, que además tiene productos en exhibición en la acera, dejaba la tienda y cruzaba la calle para usar el baño de recepción del hotel, sin temer que alguien pudiera robarle. Igual aquel que encontramos un artesano local en la ciudad, estábamos frente a su mesa de pulseras y hasta al rato vino saliendo por una callejuela. Dicen que en este país no roban, y parece ser cierto. 

Bye Chitos. 

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