La Vida .app

“La Vida .app”


Vinicio Jarquín C.,
8 de abril de 2017


Me ha parecido que La Vida es como uno de esos juegos electrónicos que están tan de moda hoy en día, y que podemos tener en nuestros teléfonos celulares, tabletas o demás dispositivos electrónicos.
Nuestros padres se encargan de bajar la aplicación, obviamente sin nuestro consentimiento y nos sientan con un joystick o un teclado, para que empecemos a jugar.
Por supuesto que en las primeras pantallas que vamos pasando, ellos están presentes para explicarnos cómo se juega, qué se debe hacer, cómo debemos comportarnos mientras jugamos, cómo recargarnos, cómo buscar “armas” o herramientas que nos ayuden en contra de los innumerables obstáculos que encontraremos en el camino y qué debemos buscar para poder tener un recorrido más cómodo y con menos dificultades.
Pero de pronto sin que nos demos cuenta, y sin que ellos se percaten, ya estamos jugando solos. Tenemos que ir buscando “bombas” que podamos usar para liberarnos de muros que aparezcan, tenemos que brincar huecos para no caer en una pantalla atrás, tenemos que cuidar “nuestra vida”, porque aunque se presentarán muchos recursos, no tendremos más que una vida durante todo el juego, y es de lo que más tenemos que cuidarnos.
Pantallas tras pantallas van pasando. Algunas son más fáciles que otras, una son más bonitas y otras no tanto; pero siempre tenemos que tener nuestra vista en el futuro; en un juego que no acaba hasta perder la vida, y que tenemos que rendirla el mayor tiempo posible.
Pero no se trata solo de no –fallecer-, sino también de poder escoger las herramientas adecuadas para ser usadas en el momento preciso. Tenemos que cuidarnos a la hora de escoger el camino correcto en alguna determinada intersección, y alejarnos de los atacantes que encontramos en el camino.
La vida, como un juego de video, es “adictiva”, no podemos dejar de jugarla. Si nos detenemos morimos; si nos levantamos y dejamos el juego abierto, morimos; si nos descuidamos morimos. Es difícil, pero hay que hacerlo.
Lo más triste o lo mejor de este comentario que hoy escribo es que no sé en que terminará el juego, no sé cuál será la última pantalla y no sé que sigue después de que el juego termina. Y aunque quisiera preguntarle a algún amigo qué pasa en la última pantalla, no puedo, porque todos están muertos.
No sé si tu juego es de veinte pantallas o de mil, como tampoco sé cuánto durará el mío; pero de lo que estoy seguro es que tengo que jugar de la mejor manera, utilizar la mayoría de recursos que tenga en momentos específicos, y alejarme tanto como pueda de esos “bichos” malvados que parecen multiplicarse entre una pantalla y otra, tratando de que llegue a fallecer, o al menos intentando que tropiece.
¿Qué hacer?, no lo sé. Por lo pronto “vivir y dejar vivir”, y alejarme de esos malvados, que fueron diseñados para hacerme sucumbir, por más cerca que los tenga.



Vinny

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